Un "acuerdo en principio" fue alcanzado por el Condado de Miami-Dade y la organización de Marlines para construir un parque de béisbol con techo retráctil, a un costo de aproximadamente 420 millones junto al Orange Bowl.
El negociador, Ian Yorty, dijo a la prensa que el acuerdo le asegura al condado y a la ciudad de Miami un derecho de retención sobre la franquicia, en caso de que el equipo no pueda cubrir los sobre gastos.
Esto se ha convertido en el principal punto de restraso para las operaciones. Los negociadores pidieron a la directiva de Marlines una carta de crédito lo cual fue rechazado, aunque se aceptó finalmente dar a la ciudad control del equipo en caso de que no puedan ser pagados los sobrecostos.
El acuerdo aún tiene que ser aprobado por la ciudad de Miami y el Condado Miami-Dade. Como parte del negocio, el equipo Marlines acordó contribuir con 192 millones y con el tiempo cambiar su nombre a Miami Marlins.