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Con helicópteros de EEUU, policía intensifica fumigación
Agencias
Internacionales
Ante un despegue de los cultivos ilícitos, las autoridades antinarcóticos colombianas afirmaron ayer que, con ayuda de modernos helicópteros Blackhawks, esperan poder duplicar este año la cifra de hectáreas de amapola fumigadas, mientras prevén posibles marchas de campesinos contra planes de mayor erradicación de coca en el sur del país. "Se va a sentir el peso y el ruido de estos helicópteros...ahora nos toca dar resultados", dijo el general Rosso José Serrano, director de la Policía Nacional. "Aspiramos a doblar los resultados de fumigación de coca y amapola ahora que tenemos estos equipos", agregó el oficial ante periodistas en este aeropuerto policial en Neiva, capital del departamento del Huila. La policía estima que en Huila, a 240 kilómetros al suroeste de Bogotá, existen al menos 1.000 tareas sembradas con amapola, de la cual se obtiene la heroína. En total, dijo el oficial, existen en el país unas 6.500 hectáreas de esos cultivos. Serrano, en compañía del director antinarcóticos, general Ismael Trujillo, mostró ayer al ministro de Defensa, Luis Fernando Ramírez, las labores de fumigación de esos sembradíos con el apoyo armado de los Blackhawks. En una de esas naves, los tres funcionarios llegaron a una escarpada montaña a unos 2.600 metros de altura, y repleta de vistosos plantas rojas de amapola. Serrano explicó que con los nuevos helicópteros, entregados por Estados Unidos a Colombia en noviembre pasado, puede brindar protección desde el aire a los pequeños aviones que lanzan sobre los cultivos cientos de galones de glifosato, el herbicida utilizado para erradicar la amapola. El apoyo de estos modernos aparatos -- con un costo mínimo de siete millones de dólares cada uno -- y dotados de poderosas ametralladoras, dijo Serrano, es vital debido a que sus hombres en tierra y pilotos son atacadas por guerrilleros, que obtienen parte de su financiamiento por el cobro de un porcentaje a labores como la protección de cultivos de narcotraficantes. Aunque aún no se han revelado los datos sobre el status de los sembradíos ilícitos en 1999, autoridades de Estados Unidos -- principal socio antidrogas de Colombia -- han dicho que este país, que carecía de sembradíos de amapola hace 10 años, ahora produce unas seis toneladas al año. A la vez han anticipado un crecimiento de 50% el año pasado con respecto a las 101.000 hectáreas de coca de 1998. De allí que una de las principales labores de un batallón antinarcóticos del ejército sea el combate de esos cultivos de coca en el sur del país, donde se concentra el mayor número de sembradíos. "Yo no sé de que tamaño van a hacer las marchas este año, pero es previsible que va a haber violencia y marchas y protestas en el sur del país", dijo el ministro Ramírez refiriéndose a posibles resistencias de los cultivadores. En agosto de 1996, al menos seis personas murieron en violentas protestas en el departamento de Caquetá, vecino al Huila, durante manifestaciones de decenas de miles de campesinos contra planes oficiales de fumigación de coca en la zona.
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