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Sin embargo, no lucho por mi matrimonio

Redacción | Crítica en Línea

Nadie realmente se casa para después separarse. Esta es la realidad en el mundo de hoy, pero cuando hay oportunidad de arreglar las cosas, los seres humanos debemos intentarlo, sin embargo, no hay duda que los conflictos que se filtran solapadamente desembocan en la frustración o el fracaso de la vida familiar.

Hoy en día no podemos negar que los conflictos se hacen presentes. La mayoría de los matrimonios no toman en cuenta las consecuencias que origina un conflicto no arreglado. Un problema o un malentendido puede afectar la relación conyugal y, por consiguiente, terminan viviendo vidas frustradas. De hecho, los conflictos son como una pequeña chispa, que poco a poco comienza a arder hasta encender la llama que va quemando todo los esfuerzos y las esperanzas de un futuro incierto.

Especialistas en esta materia han dicho que muchos conflictos en el matrimonio son el resultado de vivir para agradarse a sí mismo en vez de vivir para agradar al Señor. Estos conflictos se pueden resolver y, realmente, son oportunidades para el crecimiento espiritual cuando se tratan de una manera bíblica.

Una de las formas de combatir los conflictos es la solución de cada problema que se plantea día a día. Hay dos elementos que deben formar parte de los fundamentos de un hogar cristiano, los cuales dan perpetuidad al matrimonio.

Estas se hallan resumidas en dos palabras significativas que, tanto el hombre como la mujer necesitan satisfacer imperiosamente. La necesidad de Seguridad de parte de ella y, de Significado de parte de él.

A veces no sabemos qué estamos haciendo mal a la hora de mantener un matrimonio saludable. Aquí le mostramos una lista de los errores más comunes:

  1. Evitar el conflicto. Los problemas que se evitan exigen la represión de la ira, lo cual lleva a la depresión de los sentimientos que a la larga termina con el amor. Un compañerismo genuino y apasionado requiere del conflicto, no de una amabilidad terminal o retirada. Esto no quiere decir, que no debes resolver un problema de una forma inteligente y calmada.
  2. Evitarse el uno al otro. El retiro ocasional es saludable. Sin embargo, hacerlo de manera habitual (levantar un muro) es mortal para el matrimonio.
  3. Intensificación. Los problemas, cuando se manejan con habilidad, son una de las claves para una gran relación. Los problemas fuera de controles una excusa para el abuso.
  4. Crítica. Tener el hábito de hablar en forma crítica es duro para la relacion. La crítica casi siempre es una señal de que el que critica necesita ayuda para mejorar su propia persona.
  5. Mostrar desprecio. El desprecio es la crítica agravada de manera absoluta el abuso mental.
  6. Reaccionar a la defensiva. La actitud defensiva acompaña al temor de forma natural. Una buena relacion de pareja requiere practicar técnicas que le permitan dejar caer las defensas, a pesar de su temor.
  7. Negar la responsabilidad. Cuando niega la responsabilidad de su parte en el asunto, acaba por culpar a su pareja y tratar de cambiarlo.
  8. Reescribir la historia. Recordar ante todo las experiencias negativas en una relacion es una señal de un futuro resquebrajamiento.
  9. Negarse a pedir ayuda. La consejería y la disposicion dan resultados reer que el cambio de pareja es la solucion.
  10. Creer que el cambio de pareja es la solución.



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