Bueno, bueno, en las últimas semanas la discusión mediática se ha centrado en las libertades públicas, concretamente la de opinión, de expresión y de prensa. Por cierto que en la mayoría de los casos, no se ha tomado en cuenta que las tres son diferentes.
De paso, en casi 60 años de periodismo profesional ejercido en todas sus facetas y medios, amén de la docencia a nivel universitario y en asesorías, he hablado, igual que en foros nacionales e internacionales sobre el particular.
Porque la libertad de opinión, o de pensamiento, es introspectiva y condiciona a la acción. Es ideológica, de experiencia, pasiones, sentimientos, cultura, educación y formación. Puede ser sujeto de alienación.
La libertad de expresión es la facultad del individuo de comunicar sus opiniones por los medios que le sea posible. Sólo la limita la responsabilidad por cuanto expresa. Puede ser sujeto de censura, directa o indirecta.
La libertad de prensa es la que tienen los directivos de los medios de comunicación para difundir o no lo que consideran acorde con su política editorial o compromisos económicos. Puede ser sujeto de manipulación.
El reputado sociólogo norteamericano John Dewey escribió que el periodista actúa de acuerdo con su concepto de democracia y libertad, y Walter Lippmann, gran periodista estadounidense, sostuvo que las personas conocen el mundo indirectamente por el impacto de los medios con imágenes distorsionadas e incompletas, haciendo a la audiencia cómplice de un periodismo supuestamente bien informado, que todo lo sabe, convirtiendo la noticia en entretenimiento.
En ese sentido, el inglés Leo Bundy habló del "infotenimiento" respecto de una noticia difundida como exclusiva, o de gran impacto.
El medio decide qué divulga y qué no y jerarquiza las informaciones.
En los años 80, cuando la mayoría de quienes hoy hablan de periodismo no soñaban con ejercerlo, se publicó el famoso informe Macbright de UNESCO sustentado por figuras como García Márquez y los chilenos Juan Samovía y Fernando Reyes Mata, exponiendo que la información "se convierte en la difusión de verdades a medias, incluso de mentiras... ni la estructura ni los mensajes son neutrales, es una decisión política, lo mismo que la selección de las noticias... que en la mayoría de los casos obedece a juicios individuales".
Bueno, eso es todo por hoy, pero tranquilos que el próximo jueves habrá más.