Dos goles de Mesut Özil y Emmanuel Adebayor en la recta final, con el Sevilla volcado buscando el milagro, sentenciaron una intensa semifinal de Copa del Rey y colocaron al Real Madrid en la final de una competición que no conquista desde 1993 y que se jugará con su gran rival, el Barcelona.
El pulso entre dos equipos que dominan el fútbol español se traslada a la Copa del Rey. Desde el 5 de abril de 1990 no se da una final que lo paralizará todo y engrandece una competición por la que José Mourinho decidió luchar desde su primer día de blanco. Su camino tuvo dosis de sufrimiento en un duelo intenso con el Sevilla.
Dos pases a la grada de Xabi Alonso. Errores en el disparo y caras de ansiedad en Cristiano Ronaldo. Son gestos del ecuador del primer acto que describen el momento del Real Madrid. Un equipo que ha perdido la chispa, que ha rebajado su nivel de juego colectivo y que tras un inicio intenso se fue diluyendo.