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Negarle al doctor Ricardo Arias Calderón su valioso papel político, democrático y patriótico dentro de la historia política de la nación, sería algo así, como un egoísmo personal o tratar de tapar el sol con la mano. Me gustó y aplaudo al Dr. Arias Calderón por su clara y explícita honestidad al decir su posición como político y panameño durante el período de la dictadura militar. Mucho más por la explicación sobre la pregunta pública de una posible alianza partidista con el P.R.D., donde manifestó enfáticamente que por el momento sólo existe la coincidencia de un plan programático hacia el futuro de la nación.
En el momento que vive la Patria, nos corresponde a todos los panameños por igual sin miramientos políticos, partidistas ni personales, velar por el buen futuro de la nación. Si miramos la historia política, todos hemos cometido errores directos e indirectos, pero cuando la Patria necesita de sus hijos en sus emergencias, no se mira el pasado, sino lo que pueda aportar el semejante para el bien de la misma, sobre todo si existe el arrepentimiento de sus errores, más cuando somos hijos de la misma Paria, aparte de que en nuestra sociedad política nadie puede tirar la primera piedra sin que no le caiga encima. Aquí en Panamá se acostumbra tratar de ocultar el pasado para aprovecharse del presente, en la creencia de que la historia borra parte del pasado y de que la sociedad sufre de una amnesia aguda que todo lo olvida.
No he compartido ni compartiré con gobiernos inconstitucionales, pero la evolución de la historia y la sociedad nos dice que cuando existe el arrepentimiento en los errores, la ley de Dios nos exige el perdón al estar la Patria en el medio. Hablamos con mucha resonancia del golpe de Estado del '68, acción que desde todo punto de vista fue negativa y cruel para la democracia y la Patria. Sin embargo, muchos de los críticos de hoy en un claro contubernio con los militares de aquel entonces se aprovecharon de la ocasión para servirse y hacer fortunas a costa de ese gobierno y de la Patria, en vista de ello muchos de esos elementos no cuentan hoy con la autoridad moral política para cuestionar y criticar ese funesto episodio de la vida política del pasado.
Los críticos de hoy censuran al Partido Popular por formar parte de ese plan programático con el P.R.D., en aras de un futuro para la Patria, no son más que críticos de conveniencias, que ya la sociedad los conoce. |
