EDITORIAL
Políticos sin ideología
Desde hace aproximadamente
30 años, se viene dando el fenómeno político de que
cuando un candidato perdedor no acepta un fallo que lo favorezca, se cambia
a toldas contrarias y de antiguos adversarios.
Aunque en aquel tiempo, 1964, no existían elecciones primarias,
se dio el sonado caso de un candidato que no aceptó la recomendación
política del jefe de su partido y provocó una gran escisión
que incidió en el resultado de las elecciones. El entonces presidente
de la República, Roberto Francisco Chiari recomendó como abanderado
del Partido Liberal al señor Guillermo Elías Quijano, posición
a la que aspiraban también el licenciado Alfredo Ramírez y
el ingeniero David Samudio Avila. Cuando el mandatario postuló al
señor Quijano, esto provocó la ira del licenciado Ramírez,
quien se alineó inmediatamente con el Partido Republicano de aquel
entonces. Al final, el candidato oficialista fue Marco Aurelio Robles, que
no figuraba en la terna presidencial.
Esto sirve como referencia para señalar que desde hace tres
décadas se viene insistiendo en un modelo de competencia política
que no tiene hidalguía y que no se parece en nada a los tiempos del
caballero de la política, don Francisco Arias Paredes, quien felicitó
al ganador de la contienda de 1932-1936, Dr. Harmodio Arias Madrid.
En nada contribuye a la docencia ni al fortalecimiento democrático
el ejemplo que dan algunos políticos de nuevo cuño que pierden
en los comicios internos de sus partidos y se niegan a aceptar el fallo
que le es adverso. Hemos visto con pesar que a estos políticos le
da igual militar hoy en un partido político y mañana en otro,
sin sonrojarse siquiera. Más grave es aún que ese candidato
haya militado en un partido de gobierno y se pase a las filas de la oposición
poniendo a un lado sus ideales y haya echado por la borda la ideología
de su partido. Pero eso se está dando con frecuencia en nuestro medio,
sin que los organismos que velan por la decencia del torneo electoral hagan
un llamado a esos políticos que no están dando el ejemplo
que demanda el pueblo panameño.
Aunque algunos arguyen que si no se sienten cómodos en determinados
partidos políticos deben renunciar a los mismos, no comulgamos con
esa tesis porque demuestra la debilidad que hay en la ideología que
dicen profesar.
Lamentablemente en Panamá se han dado y se seguirán dando
defecciones por la carestía de una moral política. Los protagonistas
de estas acciones han debido meditar que no sólo basta aspirar a
cargos públicos, sino también merecerlos, aunque esos mismos
políticos creen que todo se lo merecen. Ojalá el torneo del
2 de mayo del presente año no salpique de lodo a la conciencia ciudadana.
La diatriba que ha caracterizado el torneo preelectoral no nos hace sentir
optimistas, pero ojalá entidades como Justicia y Paz intervengan
a tiempo para frenar estos desajustes que empañan los comicios que
se avecinan.


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AYER GRAFICO |
Honras fúnebres del inmortal jinete Blas "Tanque" Aguirre
en el hipódromo |


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