EDITORIAL
El desorden de los calendarios de las ferias
En un tiempo no muy lejano la Feria se dividía en nacionales, regionales y locales. Ferias nacionales eran las de San José en David, la de La Chorrera y la de Azuero; regionales las de San Sebastián en Ocú, la de La Candelaria en Concepción, la de Soná en Veraguas y la del Mar en Bocas del Toro; y las locales en Macaracas, Churuquita Grande (Feria de La Naranja en Coclé) y la de Colón. La única que en esa época tenía carácter internacional era la Feria de David ya que fue sede de la Expica 74, o sea la Exposición Pecuaria del Istmo Centroamericano, aparte de otras atracciones internacionales que tenían en los espectáculos artísticos. Con todas las limitaciones había un calendario ordenado de ferias que se iniciaba con el Encuentro Folclórico del Canajagua en Macaracas y finalizaba con las Ferias de las Flores y el Café en Boquete. Hoy las ferias han crecido, pero se ha perdido su esencia. Abunda la buhonería extranjera y el Chow Mein chino ha reemplazado a las ricas viandas nacionales. Los juegos mecánicos parecen ser la tracción mayor en contra de las exposiciones pecuarias y agrícolas. Sólo las ferias de Tanara, La Chorrera y Azuero, exhaltan el folclore porque a los otros eventos pareciera faltarle ese espíritu por preservar nuestras tradiciones. Son ferias frías sin el calor popular. Pero lo peor es que ahora se celebran dos y tres ferias en forma simultánea, lo que evita que un turista ni los mismos expositores puedan participar en una mayor cantidad de eventos. En el pasado, estando en vida Fred Alba, pionero de las ferias en Panamá y Antonio Díaz, asistente del mismo, se creó la Organización Nacional de Presidentes de Ferias donde se intercambiaban experiencias y se atendían sugerencias para mejorar las actividades. Lamentablemente existe tal desorden en el calendario de ferias que el Ministerio de Desarrollo Agropecuario va a tener que reestructurar el mismo, espaciando los eventos para darle mayor participación a los interesados. Las ferias deben ser algo más que una vitrina donde se muestre el potencial de los productores. Debe ser algo didáctico para todos porque es parte de nuestra identidad. La producción pone de manifiesto el índice económico del país y nuestras ferias deben ser encaminadas a que haya una enseñanza y lo que muestren sean un ejemplo del progreso económico de la Nación.
PUNTO CRITICO |
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