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¿Quieres tener enemigos? ¡Di siempre la verdad!
Raymundo A. Moore W.
La verdad, como la honradez, son cualidades de pocos amigos, porque hasta los que dicen ser nuestros amigos, apenas escuchan las verdades que salen de nuestra boca, enseguida comienzan las murmuraciones, las miradas de soslayo, y las nunca ausentes cizañas, amén de la "sacadera de tabla". De hecho, si usted quiere tener enemigos, comience desde ahora a decir su verdad, tal como la siente y tal como la ve. Y que esa tu verdad no esté condicionada al "qué dirán", o a "quien afectará..." Simplemente, ¡di lo tuyo, aunque le duela a quien le duela! Ahora, la verdad (y la honradez) tiene una hermana llamada "Paciencia", sin la cual esa tu verdad jamás podría surgir, no por falta de evidencias (materiales y circunstanciales), sino por la impetuosidad de un carácter mal estructurado, donde, en este último concepto, afloraría la sed de venganza, el rencor y el egoísmo (especialmente en desconocer derechos y negar obligaciones ya contraídas y aceptadas). Así Leopardi afirma que, " ...La paciencia es la más heroica de las virtudes, precisamente porque carece de toda apariencia de heroísmo...". Entonces, si ya escuchaste la verdad de "aquel", justo es que ahora ese le preste oídos a la tuya... y díla sin tapujos, y sin cargos de conciencia, o meramente por "mea culpa"; porque cuando de verdades se trata, así tengas que padecer (Jesucristo lo hizo por ti), llénate no sólo de valor, fe y confianza, sino también de paciencia y, como lo plantea L. de Vinci, "...(...) frente a la injurias, redobla la paciencia, y ellas (las injurias) no podrán alcanzarte...". ¿Qué ha de importarte más... enemigos que temen - y huyen - de tu verdad, o amigos que te utilizan para favorecer sus mentiras? No responderé por usted, amigo lector, pero yo me quedo con los enemigos, porque jamás los "amigos" me tendrán como tal, mientras que los apoye en sus hipócritas acciones de doble moral, lo que me lleva a acotar lo que el filósofo inglés, Francis Bacon sostuviera, que, "... La lectura hace al hombre completo; la conversación lo hace ágil; el escribir lo hace preciso...". Y yo agrego que ¡La verdad lo hace superior! Para terminar, es mi deseo advertir a mis amables lectores sobre los enemigos de la verdad, siendo algunos de ellos: La avaricia, la ambición desmedida, la envidia, la insaciabilidad, la insinceridad, el desamor, la falta de solidaridad, etc. Por todo lo anterior, yo seguiré diciendo verdades, so pena de rodearme sólo de gente maldiciente, pidiéndole a Dios, eso sí, que me cuide de mis "amigos", porque, de mis enemigos, me cuido yo. Y para todos ustedes, mis sinceros deseos que tengan un feliz inicio de siglo, año 2000. ¡Au Revoir!
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