Algunas familias abandonan sede de la Cruz Roja Internacional, prosigue toma
Agencias
Internacionales
Unas 30 familias desplazadas por la violencia, y que participaban en la toma a la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), abandonaron ayer las instalaciones de ese organismo, aún ocupado por decenas de desplazados, según las autoridades. "Entre el fin de semana y ayer han salido unas 120 familias", dijo a la AP Guillermo Casasbuenas, subdirector de la Red de Solidaridad, entidad gubernamental a cargo de la ayuda a los desplazados. En la sede la CICR quedarían aún unas 240 familias, agregó el funcionario en conversación telefónica. Las familias que salieron de la toma alegaban que los negociadores de los desplazados solo pensaban en su propio beneficio y que los estaban engañando. Las conversaciones entre los bandos se suspendieron hace dos semanas porque "ya en la mesa no había personas que tuvieran capacidad de decisión", explicó temprano a la AP Carlos Gualteros, uno de los nueve negociadores de los desplazados, y refiriéndose a que los delegados oficiales en la negociación son funcionarios de mediano rango que carecen de poder para decidir. A las familias que abandonaron el CICR se les esta prestando la atención humanitaria que el gobierno establece para los desplazados: pago de alojamiento hasta por seis meses, alimentación, cupos en los colegios distritales, evaluación del estado de salud y tratamiento, si lzar un proyecto productivo, de acuerdo con la Red de Solidaridad. El grupo fue alojado en distintos albergues en Bogotá, y otros se fueron a ciudades del interior. Unas 360 familias desplazadas llegaron a mediados de diciembre a las instalaciones del CICR, al norte de la ciudad, pidiendo la atención del gobierno. Los manifestantes, que se habían mantenido a las afueras del CICR, penetraron el 4 de enero por la fuerza al interior de la sede humanitaria reclamando soluciones inmediatas de vivienda, comida, salud y educación. Los manifestantes inicialmente solicitaban al gobierno 50 millones de pesos (unos 25.000 dólares) en efectivo para cada familia. Redujeron su demanda a 30 millones de pesos (15.000 dólares). Para Casasbuenas, esa cifra "simplemente no es posible" de satisfacer y ofrece a los manifestantes los programas oficiales ya existentes que consisten en una entrega inmediata de un millón de pesos (500 dólares), además de bonos para comida, alojamiento por seis meses, entre otros, y que son los beneficios que reciben las familias que abandonaron la sede del CICR . En su estrategia por conquistar zonas y evacuar a su enemigo, los distintos grupos armados acosan, asesinan y amenazan a la población civil y tras cada ataque los pobladores huyen, en su mayoría hacia las grandes ciudades. Se estima que el año pasado unas 250.000 personas se desplazaron de sus poblaciones.
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