La locomotora pitaba como la canción: "Quítate de la vía, perico, que viene el tren", pero en lugar de Perico estaba Eduardo Ernesto Santos Navarro, 35 años, quien por no quitarse, el tren lo partió.
Era aproximadamente las 9:30 p.m. del jueves cuando se aproximaba el pesado aparato con el que se transportan miles de cajas de bananos, propiedad de la Bocas Fruit Co.
Era la máquina identificada con el número 831. La conducía el maquinista Víctor Stewar, quien indicó que cuando pasaba frente a la barriada Finca 11 logró divisar al hoy occiso que estaba sentado en la vía férrea. Se le hicieron varias advertencias con las cornetas, pero todo fue en vano.
Toneladas de hierros con velocidad incontenible alcanzaron al hombre. La pierna derecha le fue cercenada y su cuerpo golpeado hasta morir.
Los mirones llegaron inmediatamente. Las manos tapándose la boca, los ojos muy abiertos dispuestos al morbo, fueron entre otras las expresiones mientras se esperaba a las autoridades del Ministerio Público. Una hora después del letal capítulo, Ariel Oscar Valdés, personero primero de Changuinola, ordenó el levantamiento del cadáver.
Las autoridades iniciaron las investigaciones en busca de las razones del trágico hecho. |