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Lunes 31 de enero de 2000



FAMILIA
Prevenir la adicci�n a drogas

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Por Bernie D�az

La Coalici�n de Miami (Florida) por una Comunidad Libre de Peligros y Drogas se cuenta entre los programas de prevenci�n de la adicci�n a drogas m�s exitosos del pa�s. Desempe�� un papel fundamental en el establecimiento del Tribunal de Drogas del Condado de Miami-Dade, descrito por la secretaria de Justicia Janet Reno. Desde su fundaci�n en 1988, la labor del grupo ha contribuido a declinaciones significativas de los problemas de la adicci�n a substancias controladas, como lo prueban numerosos sondeos federales, estatales y locales.

La coalici�n ha ayudado a desarrollar programas para introducir la prevenci�n de la adicci�n a substancias controladas en los programas de adiestramiento laboral, y enfocar espec�ficamente esfuerzos de prevenci�n en inmigrantes haitianos y cubanos. Los ciudadanos miembros de la coalici�n han ayudado a personas de su misma manera de pensar en 546 ciudades norteamericanas y 64 naciones extranjeras para establecer coaliciones comunitarias contra las drogas.

El �xito de la Coalici�n de Miami por una Comunidad Libre de Peligros y Drogas -- que ya ha cumplido una d�cada -- en la lucha contra la adicci�n a substancias controladas, no es misterioso ni complejo. Se trata de un esfuerzo fundamental y organizado entre varias facciones del sector privado para combatir una enfermedad peligrosa de la sociedad. Lo que es m�s, se ha convertido en la coalici�n m�s influyente de las de su g�nero en Estados Unidos y Am�rica Latina. Recientemente, la coalici�n se ha visto asediada por preguntas de l�deres de los sectores p�blico y privado de Argentina, Per� y Colombia sobre c�mo organizar mejor tales asociaciones en su propia lucha contra las drogas.

El aspecto m�s intrigante y, para algunos, desconcertante de la efectividad de la coalici�n ha sido la disposici�n de la comunidad empresarial a unirse al esfuerzo regional. Los empresarios sufren el impacto de diferentes incentivos negativos en lo que se refiere a su participaci�n. La militancia en causas comunitarias no contribuye a las ganancias corporativas. Otros grupos comunitarios abruman a los l�deres empresariales pidi�ndoles que participen.

 

 

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