Siete años después, la belga Kim Clijsters alcanzó ayer la final del Abierto de Australia, al superar a la rusa Vera Zvonareva (6-3 y 6-3), a la que le arrebató el número dos del mundo, y disputará el título a la china Na Li, que batió a la danesa Caroline Woniacki (3-6, 7-5 y 6-3).
Será la segunda final consecutiva de un Grand Slam para Clijsters, incontestable desde su retorno a la competición, en agosto del 2008. La del Melbourne Park será la novena ocasión en la que la belga puje por un trofeo grande. Cinco derrotas. Pero ninguna después de su retorno, donde no conoce rival.