MENSAJE
Cuando uno cava su propia tumba
- Hermano Pablo,
- Costa Mesa, California
Ya es tiempo que te retires
-aconsejaba la esposa. Has trabajado bastante".
"Ya es tiempo que te retires -recomendaban los compañeros
de trabajo-.
"Tienes 70 años". "Ya es tiempo que deje de trabajar",
decía el médico cada vez que le examinaba el corazón.
Pero Robert Rees, sepulturero de Cheltenham, Inglaterra seguía
cavando tumbas.
Un día, después de cavar otro consabido hoyo de dos metros
de profundidad por dos de largo por uno de ancho, se llevó la mano
al pecho, exhaló un gemido y cayó muerto, entro de su propia
sepultura. Uno más en la vida que había cavado su propia tumba.
Amigo, muchas gente hay en este mundo que vive cavando la sepultura en
que la van a enterrar.
La gente que come mucho -y comidas muy ricas en colesterol- estaba cavando
su sepultura con sus dientes.
La gente que fuma continuamente, sino está cavando su tumba con
humo, por lo menos está tapizado sus bronquios con el alquitrán
que lo mandará al sepulcro.
La gente que bebe licores y usa drogas está cavando su sepltura
con el vapor de su vicio.
Los matrimonios que cesan la comunicación, las palabras y el decirse:
"Te amo", están cavando la sepultura del matrimonio.
Los jóvenes que abandonan sus estudios y esconden sus libros en
el desván de la casa, están cavando una sepultura en la cual
enterrarán su bienestar futuro.
Estamos forjando nuestro futuro con nuestros hechos.
Nuestros pensamientos se convierten en hechos, éstos se convierten
en hábitos, éstos en carácter, y por fin, en destino.
Usted hoy con lo que piensa y con lo que hace, está forjando su destino.
Todo comienza con los pensamientos que permitimos en nuestra mente.
Usted tiene delante de sí o una tumba de negruras o una mañana
de gloria. La diferencia la hará una introducción de la persona
de Cristo motivando todos sus pensamientos y acciones. Invítelo a
ser el dueño de su vida, desde hoy mismo.


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