Jueves 21 de enero de 1999

 








 

 


FAMILIA
Tratamiento del abuso de drogas

Roberto L. DuPont Jr. M.D.

Las drogas que producen dependencia son químicos que, dentro del cuerpo humano, producen sensaciones que el usuario aprende a disfrutar. Esto se llama "placer", pero la experiencia va desde una "euforia" intensa con una inyección intravenosa de cocaína hasta el relajamiento que sigue al fumar mariguana o la reducción de la conciencia social después de beber algunas copas de alcohol. Como hemos visto después de beber algunas copas de alcohol. Como hemos visto ya, después de un período corto o largo de consumo aparentemente controlado, algunos usuarios de todas las drogas adictivas se hacen usuarios cotidianos. Han encendido su switch de adicción. Su consumo pasa de ser casual a ser compulsivo. Los problemas que causan las drogas aumentan puesto que la droga impide al usuario darse cuenta del grado de las consecuencias negativas de su vicio. Una vez que se es dependiente, no hay posibilidades reales de regresar al consumo controlado. Sin embargo, el conflicto para el usuario va más allá del sólo aspecto farmacológico. Toda su vida se centra en la droga; todas sus sensaciones y relaciones buenas y malas, se filtran a través de su vicio.

La única esperanza práctica es que deje por completo la droga. Pero por desgracia, según nuestras numerosas observaciones, los drogadictos no pueden acabar con su dependencia por su propia voluntad y esfuerzo. Necesitan apoyo, orientación y valor, lo que yo llamo "control social". La fuente primaria y más afectiva de ese control, cuando se trata de conductas que producen placer, es la familia. Esta idea nos lleva al segundo concepto.

DOS CABEZAS SON MEJORES QUE UNA

La primera función mental que se ve afectada con la intoxicación es la propia conciencia de los efectos negativos de las drogas. La mente del usuario está nublada por la droga que ingiere, hasta el punto en que no puede tomar decisiones inteligentes para prevenir la dependencia, aun cuando quisiera. Necesita ayuda. Por lo tanto, son los no usuarios, especialmente la familia, los que deben actuar. Este concepto tiene otra implicación más amplia: el consumo de drogas de un miembro de la familia, con el tiempo, puede volver loca a toda la familia, en sentido figurado y literal. Así pues, parece que las familas también necesitan apoyo. Rara vez pueden enfrentar y resolver un problema de estos sin ayuda. Este apoyo puede provenir de reunirse con familias afectadas o de trabajar con programas de tratamiento y terapeutas profesionales. De hecho, trabajar junto con familias con problemas similares puede ser uno de los pasos más efectivos que puede tomar dicha familia. Al-Anon, adjunto a Alcohólicos Anónimos, es uno de los grupos más grandes y efectivos de apoyo a la familia y al cual me referiré de vez en cuando.

PREVENCION E INTERVENCION: REVISION

El tratamiento comienza cuando la prevención ha fallado. Prevenir significa terminar con la drogadicción antes de que empiece; tratamiento, para mí, significa terminar con la dependencia después de que se ha establecido firmemente. Hay un paso intermedio entre la experimentación con una droga y el punto en que el problema se hace serio y crónico. Esta zona no localizada entre la experimentación y la dependencia es el período entre ese coqueteo inocente con la droga y la pesadilla de la dependencia total.

 

 

 

 



 

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