Se delataron por los murmullos en otra lengua ajena a los orígenes latinos que se entonaban y se dejaban escuchar detrás de los muros de concretos y rejillas del restaurante Belén, ubicado en Tocumen.
Al establecimiento comercial se presentó de forma inesperada un contingente de uniformados compuesto por el Grupo de Apoyo Al Servicio (GAS) y Unidades de la DIIP de Ancón y la de Tocumen.
Tras una breve, pero exitosa requisa al local, se logró la retención de cinco indocumentados en la cual se hallaban tres mujeres y dos varones.
Además de ellos, prominentes comerciantes de la zona también estaban apostando de forma ilegal quién sabe cuánto.
Había transcurrido más de una hora de la visita sorpresa de la policía, y los chinos nacionalizados y nacidos en suelo istmeño aún estaban en duda en cuanto a quién debía dar la cara a los miembros de la Policía Nacional.
Al final nadie se atrevió, pero los indocumentados fueron llevado a la sede de la Policía en Ancón.
INDOCUMENTADOS
Las apuestas clandestinas y al margen de la ley están proliferando entre algunos grupos de asiáticos.
Para nadie es algo nuevo que la Policía intervenga en asuntos donde sean extranjeros o nacionales están apostando, pese a conocer las disposiciones del código penal y las faltas administrativas.
El negociado del juego ilegal entre los asiáticos ilegales es uno de las inversiones más lucrativas en el bajo mundo de la mafia china, cuyas raíces han alcanzado a Panamá.