REFLEXIONES
"Renacimiento del Brasil"

Carlos Christian Sánchez C.
Relacionista internacional
Como es usual todas las mañanas, busco la sección económica de los diarios nacionales. Ese último día de diciembre, me sorprendí con el alivio de los especialistas financieros brasileños, quienes se alegraban por haber superado la vergonzosa crisis burstátil de 1997. En la otra página, emulando a los corredores de la maratón de San Silvestre, la esperanza de una nueva etapa de progreso es acariciada por la gente humilde de Rio. Inmediatamente recordó las sabias palabras que me señalaron varios políticos panameños y brasileños, sobre el promisorio futuro del Coloso Sudamericano. Jamás debemos menospreciar a nuestro hermano que habla portugués, el cual tiene 8.5 millones de kilómetros cuadrados. Domina más de la mitad del Cono Sur, controla a su antojo la agricultura y la producción industrial de esa parte del mundo, además de que tiene 150 millones de bocas que alimentar. El año pasado, durante una breve reunión en el Hotel Plaza Paitilla, don Luis H. Moreno, prestigioso empresario panameño y becario del Brasil, me señaló que esa nación tiene una enorme diversidad étnica, además de una cultura dinámica, especial, que la hace diferente del resto del Continente Americano. El mestizaje, la fundición de los pensamientos de los emigrantes africanos y europeos, junto con el aporte propio de identidad nacional, permitió que el Brasil desarrollará su camino hacia el presente. La gente actúa diferente, siempre está alegre, a pesar de que sufre. Tal como sucede en las favelas y en los barrios marginales. Pero son trabajadores y esforzados hombres de negocios. Así terminó diciéndome el doctor Luis H. Moreno, visiblemente emocionado por la experiencia en la tierra brasileña. Pero la meta de rescatar la economía brasileña tras la crisis económica mundial de 1997, la trazó el mismo presidente Fernando Enrique Cardoso en su denominado "Plan Real". Años antes, incluso hasta la moneda tradicional, el "Cruseiro", cayó por los suelos. Hace cinco años, durante su primer mandato presidencial, Cardoso implementa el "Real" como proyecto monetario y económico que intentaba frenar la recesión, la inflación y la concentración de la riqueza en pocas manos. El "Real" promovicó la estabilización con crecimiento. Mientras el Producto Interno Bruto llegó a tener en 1994 a 1998, un porcentaje de 3.3%, en diciembre de 1999, superó la barrera del 4%. Increíblemente, a diferencia de otras latitudes, la taza de desempleo bajó a un 7.7%, frente al diez por ciento de 1996. Fue así que los inversionistas brasileños ya se atreven a explotar nuevos mercados, fuera del sector interno del Coloso Verde Amarela. En el MERCOSUR, Brasil impone su enorme clientela de consumo, además de que es el mayor socio comercial de Europa y Norteamérica en Sudamérica. En lo que respecta a Panamá, muchas voces se han pronunciado a favor de acelerar el intercambio comercial con Brasil. Con antelación, los especialistas en la materia económica han señalado que el Istmo debe reformar sus leyes arancelarias, en especial adecuar los acuerdos "bitributarios" entre ambos países, para la venta y compra de productos. Desde diciembre de 1999, la Embajada del Brasil tiene un nuevo jefe de misión. Su Excelencia Pedro Pablo Pinto Assumpcao, ahora representa al pueblo brasileño ante el gobierno de la señora Mireya Moscoso. El diplomático fue embajador en Israrel (Tel-Aviv) entre 1994-1999 y anteriormente fungió como Encargado de Negocios en nuestro país, de 1990 a 1991. Del mismo se espera la ardua labor de consolidar las relaciones comerciales entre Brasilia y Panamá, ahora que se acercan grandes encuentros regionales, en el afán de acelerar la denominada "Area de Libre Comercio de las Américas", para el año 2005, junto con la Cumbre Iberoamericana de este año, cuya sede será el Istmo. Deseamos mucha suerte al nuevo Embajador brasileño, y ojalá se logre reforzar nuestra amistad con el vecino sudamericano, el cual es nuestra puerta hacia el progreso y el desarrollo.
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