CUARTILLAS
Señora
Lo contrario ocurrió con la privatizada telefónica, en su oficina central. Pero eso ya es materia para otro comentario.
 
Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
Es una señora jubilada, que siempre lee esta columna y me dice que "escribo muy suave"; que si ella fuera periodista diría las cosas como son, para que la gente las entienda bien. Por eso le pedí que me dictara algunas frases sobre temas de interés nacional. Espero que deje la cantaleta de que no escribo como ella quisiera y debiera hacer un periodista... Sobre el tema del momento: el regalo de los lujosos relojes que hizo doña Mireya a los legisladores, opinó así: "estoy sorprendida de ver un pueblo con tanta hambre y la presidenta, en lugar de invertir ese dinero en el pueblo, se lo da a los millonarios de los legisladores. Eso es un pecado mortal. Ella (la presidenta) no es cristiana; eso que hizo es maldad..." Al preguntarle sobre la invasión (liberación) de Estados Unidos a Panamá, señaló: "antes de la invasión llorábamos por teléfono para pedirle a los Estados Unidos que hicieran algo. Ellos nos sacaron de la dictadura y ahora miles de personas no se acuerdan de eso. Intelectuales tenían que vender verduras en las calles (cuando la dictadura); los bancos estaban cerrados y nadie podía sacar su plata; al cambiar un cheque le quitaban parte del sueldo. Hay que ir a la Iglesia a dar gracias a Dios, de vivir ahora como estamos viviendo, gracias a los norteamericanos". Y sobre los pobres afirmó muy seria: "muchos pobres gastan plata en lotería, radios, licor y andan bien planchaditos (a pesar) y están muertos de hambre. El juego es un vicio que tienen los panameños y no se los puede quitar nadie. A veces dejan de dar de comer a los hijos para comprar lotería". Bueno, espero que ahora la citada señora no ande diciendo por allí que no escribo bien las cosas y no digo lo que debo decir. En otro aspecto, a mi mente vinieron recuerdos de los años setenta, cuando me enteré del decomiso de mercancía de contrabando. La dictadura militar estaba en su apogeo. En la prensa controlada por los uniformados aparecían a cada momento acciones que se suponían eran muestra de la honestidad y "revolución" del nuevo gobierno. Una de las noticias del momento fue el decomiso de un cargamento de electrodomésticos de contrabando. De esta manera se quería dar la imagen de seriedad, lucha contra la corrupción, etc. Pues bien: a nadie preocupó (ni tampoco salió como noticia), lo que se hizo con esa mercancía decomisada. Según entiendo, existen disposiciones que señalan que hay que rematar públicamente lo que se decomisa. Los dineros obtenidos deben destinarse a actividades a favor del pueblo. Como periodista me tocó conocer el destino de los costosos aparatos de sonido decomisados por contrabando: fueron regalados por el presidente "de a dedo" del momento, a los altos funcionarios del gobierno dictatorial (de ministros para abajo). Por supuesto que esa noticia no pude divulgarla, porque no existía libertad de expresión en ese momento. La pregunta que me ronda por la cabeza en estos días, es ¿Qué se hace la mercancía decomisada? ¿En verdad, esos decomisos llegan a beneficiar de alguna manera a los pobres del país? (Vi el domingo foto del ministro Juliao entregando decomisos a entidades sociales. Ojalá que esto se haga siempre). Debo anotar por otra parte, la excelente manera como me trataron en noviembre los empleados de la sección de Cementerios del Municipio de Panamá. Desde el guardia de seguridad hasta el personal de atención, lo hicieron muy bien. Lo contrario ocurrió con la privatizada telefónica, en su oficina central. Pero eso ya es materia para otro comentario.
|