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EDITORIAL
Monterrey: lo bueno y lo malo
Como era de esperarse, la Cumbre Extraordinaria de las Américas, realizada este año en Monterrey, México, dejó un agrio sabor de boca entre los 34 participantes del cónclave hemisférico.
Esto se evidencia en las enormes discrepancia de última hora entre varios participantes, sobre todo en temas sentitivos para la región: Seguridad, corrupción y ALCA.
Visto desde el ángulo de la política exterior estadounidense, la seguridad y la lucha contra el terrorismo es más vital para Washington que el resto de los problemas de la región latinoamericana. De allí que Argentina, Brasil y Venezuela se salieran de la tangente y acusarán a George W. Bush de despreciar a las naciones del Cono Sur.
Hugo Chávez reflejó abiertamente su apoyo a Cuba y al socialismo. México se plegó a Bush y terminó una relación tensa por el tema migratorio y el asunto de la seguridad antiterrorista en la frontera norte.
En cuanto al asunto del Área de Libre Comercio, la declaración de Nuevo León indica que el 1 de enero de 2005 se implementará una zona comercial abierta en el hemisferio.
Sin embargo, Venezuela dio una reserva al futuro pacto económico, alegando que no protege los intereses sociales y menos puede paliar la pobreza y el desempleo en América Latina,.
Ni modo, Monterrey pasó a ser otro más de los fiascos, otra pomposa cumbre que no resuelve directamente los problemas que aquejan a los 150 millones de pobres que habitan las Américas.
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PUNTO CRITICO |
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