|
Eso no va a dar resultado -dijeron los amigos-. Es una mujer muy violenta con su carácter formado." Pero Harry Garfinkle, de cincuenta y dos años de edad, estaba enamorado de Viola, una viuda de cincuenta y ocho. Y como ella estaba enamorada de él, y el amor es ciego, sencillamente se casaron. Pasaron veintiséis años desde la boda en Filadelfia, Estados Unidos. Fueron veintiséis años de tortura para Harry. Viola era regañona, quejosa, impaciente, violenta, irascible, exigente.
Cuando ella tenía ochenta y cuatro, y él setenta y ocho, Harry le ajustó una de sus corbatas al cuello y la estranguló. El matrimonio no dio resultado: todo había andado mal durante veintiséis años, y él no pudo aguantar más.
Muchas parejas se casan con las mejores intenciones y con muchas ilusiones. "Nos amamos -dicen-, y el amor basta." Creen que el traje blanco de la novia y el velo y el brindis y la marcha nupcial y la bendición del religioso bastan para comprar la felicidad. Pero tantas veces todo resulta ser un engaño, una gran desilusión que, si no termina en divorcio, termina con una corbata simbólica ajustada al cuello.
La verdad es que el amor, si bien es el mayor ingrediente de la felicidad matrimonial, solo no basta. Otros elementos tienen que entrar en la composición, añadirse a la receta. El pastel de bodas no se hace sólo con harina. También necesita huevos, vainilla, azúcar, merengue y adornos.
¿Qué ingredientes hay que agregar al matrimonio? Amistad, compañerismo, comunicación, honra mutua, fidelidad absoluta y armonía sexual.
El noviazgo y la fiesta de bodas son una cosa; la felicidad conyugal durante cincuenta años es otra. El noviazgo es una fiebre primaveral y la noche de bodas una explosión de sensaciones; en cambio, el matrimonio es una construcción artística que requiere tiempo, paciencia y sabiduría.
Sobre todo, el matrimonio con la felicidad conyugal que perdura requiere la presencia de Jesucristo como centro de la vida. Sólo Cristo, dirigiendo mente, corazón y conciencia, puede garantizar el éxito y la felicidad perdurable de la pareja. |
