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Se reinicia diálogo de paz, pero se teme recrudecimiento de la guerra
Bogotá
AFP
El gobierno colombiano y la guerrilla marxista de las FARC reiniciarán el próximo jueves las negociaciones de paz, en medio del temor de diversos sectores de que los rebeldes desaten una ola de ataques al concluir hoy lunes la tregua que decretaron el pasado 20 de diciembre. Los negociadores deberán reunirse en San Vicente del Caguán (sur), el principal de los cinco municipios de la zona desmilitarizada de 42.000 km2, para decidir cuál de los doce puntos de la agenda de paz abordarán en forma prioritaria, según fuentes oficiales. Esa agenda, concertada en mayo pasado tras cuatro meses de conversaciones, contempla reformas económicas, políticas y sociales, los derechos humanos, la modernización del Ejército, la lucha antidrogas y las relaciones internacionales, entre otros asuntos. El presidente colombiano Andrés Pastrana ha dicho que el conflicto -que lleva cuatro décadas y ha derivado en graves violaciones a los derechos humanos- se deberá resolver por la vía negociada. No obstante, el gobernante advirtió que las conversaciones serán "largas y dispendiosas" y que tal vez trasciendan su gobierno, que finalizará en agosto del 2002. Según encuestas recientes, el 80% de los colombianos desaprueba el manejo que Pastrana le ha dado al proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), el grupo guerrillero más antiguo y numeroso del país, con más de 12.000 combatientes. La jefatura de las FARC decretó el pasado 20 de diciembre una tregua unilateral, que terminará este lunes; en tanto que funcionarios del gobierno, legisladores, jerarcas de la Iglesia católica, dirigentes humanitarios y sindicalistas le han pedido que la prorrogue "para negociar en paz". Prominentes analistas colombianos, como Alfredo Rangel, han dicho que la tregua realmente fue "una maniobra política y militar" de los rebeldes, que en las primeras semanas de diciembre desataron una sangrienta ofensiva en nueve de los 32 departamentos del país, con saldo de unos 200 muertos, entre civiles, militares, policías y guerrilleros. Rangel no descartó que las FARC lancen una nueva escalada, con el propósito de llegar fortalecidas a la mesa de negociaciones y "hacer valer la premisa de que la paz se está negociando en medio de la guerra". Otros dirigentes civiles temen que los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), enemigos acérrimos de los insurgentes, desaten una "contraofensiva", tal como ocurrió hace exactamente un año, cuando las FARC atacaron un fortín de los pistoleros derechistas en el norte del país. El ministro colombiano de Defensa, Luis Fernando Ramírez, advirtió que los organismos de seguridad están preparados para contrarrestar una eventual ofensiva rebelde. A su vez, la jefatura militar dijo tener listo un "vasto plan de respuesta", ante el temor de que la insurgencia desate la escalada terrorista.
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A su vez, la jefatura militar dijo tener listo un "vasto plan de respuesta", ante el temor de que la insurgencia desate la escalada terrorista.
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