Gobierno promete rescatar las gestas nacionalistas
Rodulfo Barrios Villar
Crítica en Línea
Panamá conmemoró ayer el trigésimo sexto aniversario de la gesta nacionalista del 9 de enero. En esta oportunidad todo fue diferente. Los actos se dieron sin la presencia de bases militares norteamericanas y en la sede de la Escuela Superior de Balboa, donde en 1964 se prohibió izar la bandera nacional, lo que originó la protesta del estudiantado panameño. La generación institutora de 1964 y Marcelina Chávez de Arosemena, madre de Ascanio Arosemena, primero de los 21 mártires caídos en los hechos de 1964, estuvieron presentes. La mandataria Mireya Moscoso no asistió a los actos. La representación del gobierno estuvo a cargo del canciller José Miguel Alemán y el administrador del Canal, Alberto Alemán Zubieta. Además sólo tres de los 71 legisladores asistieron a los actos. Alcibíades Picota, uno de los seis institutores que trataron de izar la bandera panameña en el colegio secundario de Balboa, recordó en medio de sollozos paso a paso los incidentes de hace 36 años. Luego la joven institutora, Lorena Moreno declamó la poesía "Canto de Dolor y Soberanía". Por su parte el rector del Instituto Nacional, Jaime Ruiz, solicitó a la presidenta Mireya Moscoso, que la Escuela de Balboa sea la nueva sede del Nido de Aguilas. Una vez culminado el acto, que tuvo una duración de tres horas, los miembros del gobierno y los asistentes, se trasladaron a la iglesia de Fátima en El Chorrillo. Allí el párroco Luis Jiménez se dirigió a los presentes señalando que "un pueblo que no recuerda a sus mártires es un pueblo que no tiene autoestima". Al concluir la ceremonia religiosa, los asistentes se dirigieron en romería hacia la tumba de Ascanio Arosemena, en el cementerio Amador. La madre de Ascanio agradeció a las personas que convirtieron el sacrificio de su hijo en un hecho, señalando: "mi hijo y el resto no murieron en vano y al final logró lo que quería para su país: libertad". Ya en el cementerio Amador, en medio de una pertinaz lluvia, el canciller José Miguel Alemán dijo ante la tumba de Ascanio Arosemena que "el Gobierno reafirma su compromiso de mantener el territorio nacional libre de presencia militar extranjera, de ninguna clase". El funcionario anunció que el gobierno se compromete a rescatar la jornada patriótica del 9 de enero de 1964, que por muchos años fue víctima de la manipulación y últimamente lo ha sido del olvido y la indiferencia. Por otro lado, visiblemente molesto, el canciller criticó la actitud de miembros del MONADESO, quienes pintaron las paredes del cementerio Amador. Posteriormente se desarrolló otro acto en el Jardín de Paz, donde los fueron oradores Alvaro Menéndez Franco y Miguel Antonio Bernal.
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