Drama de los desplazados, símbolo de la degradación de la guerra
Bogotá
AFP
El drama de cientos de campesinos, que desde la semana pasada ocupan la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Bogotá, puso en evidencia que el conflicto colombiano se está degradando "peligrosamente" y que los civiles se hallan cada vez más atrapados en la guerra que libran los rebeldes y los paramilitares. Esos labriegos, que forman parte de los 1,7 millones de desplazados por la violencia desde 1985, reclaman asistencia estatal para vivir en Bogotá y otras ciudades colombianas, cuyos "cinturones de miseria" están engrosando "de manera vertiginosa", según la Iglesia católica. Otros desplazados colombianos han huido hacia Panamá y Venezuela, vecinos de Colombia, mientras los guerrilleros izquierdistas y los paramilitares de extrema derecha se disputan a tiros las tierras abandonadas. De acuerdo con la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes), cercana a la Iglesia católica, el 53% de los desplazados son niños y mujeres, el 23,5% tiene menos de siete años y el 74,3% tiene entre siete y 65 años. Codhes aseguró que en el 47% de los casos el desplazamiento ha sido provocado por los grupos paramilitares (derecha), un 35% por las guerrillas izquierdistas, un 8% por las fuerzas armadas y la policía, un 7% por grupos desconocidos y el 1% por los narcotraficantes. Según ese informe, el 39,6% de los desplazados abandonó su aldea por amenazas de las diversas partes en conflicto, el 23,7% por miedo a ser asesinado, el 19,7% lo hizo después de presenciar una masacre y el 6,2% por temor a ser secuestrado. La Defensoría del Pueblo afirmó, por su parte, que en 1999 hubo 1.863 muertos en 402 masacres perpetradas por los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), los paramilitares y "otros grupos". El diario bogotano El Tiempo señaló ayer domingo en una nota editorial que a pesar de que en 1999 se abrió la negociación de paz entre el gobierno y las FARC, "las más aberrantes prácticas, como la tortura, la masacre, el desplazamiento y la desaparición forzada, se convirtieron en estrategia de guerra de las partes en conflicto". En Colombia, los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario (DIH) han pasado de ser una carta de navegación para la concordia, la libertad y el respeto en una sociedad democrática, a una retórica vacía, constantemente burlada por los guerrilleros y paramilitares y desconocida por el ciudadano común.Es letra muerta con miles de muertos", subrayó El Tiempo. Asimismo, el rotativo citó un informe de la ONU para afirmar que Colombia es el tercer país sumido en un conflicto armado con mayor número de desplazados internos del mundo, después de Sudán y Angola. "Ante este balance, los próximos acuerdos con las FARC y el ELN deben partir de un acatamiento al DIH que detenga la espiral de degradación de un conflicto que ha traspasado fronteras y se constituye, peligrosamente para nuestra institucionalidad, en un ejemplo de desastre humanitario", puntualizó El Tiempo.
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Asimismo, el rotativo citó un informe de la ONU para afirmar que Colombia es el tercer país sumido en un conflicto armado con mayor número de desplazados internos del mundo, después de Sudán y Angola.
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