HOJA SUELTA
Perspectivas y balance 2001

Lic. Ramiro Guerra M.
No se trata de ser ave de mal agüero, sino que a partir del presente, vislumbrar la realidad que se nos presentará en el futuro inmediato y mediato. Esto es lo que en la ciencia social se denomina hacer un análisis de prognosis. Dentro de este contexto no se debate si el país atraviesa o no una crisis; ello es evidente: la economía no anda bien y en consecuencia, termina por afectar a todo el espectro social nacional. No se trata de que los pobres se hacen más pobres, sino también que el sector empresarial sufre la consecuencia de la misma, tanto los productores del campo como los industriales y ahora el sector comercio y más grave aún, el sector bancario, vienen revelando alguna molestia y preocupación por la suerte que pueda correr el país el próximo año. En lo particular, insisto en que estamos montados sobre una nave que le hace falta liderazgo para que le fije rumbo a puerto seguro. Si a lo anterior agregamos que ya en los Estados Unidos al igual que en Canadá y el Japón, el tema de una recesión económica está en el tapete. El negocio bursátil y accionario que se sustentaba en la gran industria de la tecnología e informática, están revelando signos graves de desaceleración. En este año, muchas empresas digitales han tenido que cerrar ante la vulnerabilidad que viene mostrando este sector. También tenemos entendido que el sector terciario de la economía de estos países se ha visto afectado, dada la contracción del consumo. Una recesión en los Estados Unidos, indudablemente tenderá a reproducirse como problema en el plano nacional. Si lo anterior, agregamos el hecho de que ya el Presidente Electo, George Bush, aunque en forma muy diplomática intentará torcerle el brazo a los gobiernos latinoamericanos, a fin de que adopten como suyo, el denominado Plan Colombia. Todo lo anterior prefigura un escenario conflictual cuyo montaje gravita sobre dos ejes: la lucha social democrática y la lucha social nacional. Lo preocupante de todo lo señalado, es el hecho de que todas las fuerzas sociales vienen atravesando por un proceso de atomización agravado por la actitud un tanto lessefersita de los actuales gobernantes. Esta realidad pudiera conducir a una situación donde se pudiera ver afectada la propia institucionalidad jurídico-política que pudiera dar lugar a diversas opciones que van desde la autoritaria, mesiánicas o tal vez en el mejor de los casos, a un afianzamiento de la democracia. En otras ocasiones, he señalado que existe un problema de ausencia de proyectos hegemónicos que le dé coherencia a las actuaciones del Estado y la sociedad en general. Si lo anterior es cierto, como lo pensamos que es, están dadas todas las condiciones para encontrar un eje de entendimiento del Estado con la sociedad civil. En ese sentido, y ante los problemas arriba planteados, no nos queda otra que ampliar la democracia para dotarla de forma más participativa y el mejor escenario para este fin, es la prohijación de un ambiente concertacional, tanto de empresarios, trabajadores y gobierno, en donde se debata un plan coherente de perfeccionamiento de la democracia y del desarrollo nacional. Esto es únicamente posible si todos los interlocutores que se den cita en ese escenario lo hagan con el entendimiento de que hay que hacer concesiones recíprocas, de no ser así, lo más seguro es que otra vez fallará la democracia y se abrirán grandes alamedas para fuertes sacudimientos y confrontaciones sociales.
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