INQUIETUDES
Requiem por la hípica
Hay que salvar la hípica. Las emociones a granel que este espectáculo brindó no tiene parangón en nuestra historia.

Antonio Díaz
Crítica en Línea
Trabajé 6 años en el Hipódromo Presidente Remón desde las postrimerías de Rigoberto Paredes, Ricardo Estripeaut, Juan Navarro Brin, Alberto Echevers, Eduardo Chandeck, Sergio Rodríguez y José Antonio Alessandría. Debo suponer que en ese período fue una hípica floreciente, a juzgar por las realizaciones que se dieron en el Hipódromo Presidente Remón. Entré en el Hipódromo casi finalizando la gestión administrativa del Prof. Rigoberto Paredes, pero entre sus logros estaba el Primer Clásico del Caribe que se ganó Panamá, la construcción de una Casa Club, la ampliación del laboratorio de análisis y drogas, la organización del primer Simposium de Hípica y la incorporación de cientos de empleados del plan de emergencia a la institución. Rigoberto fue transferido a la DIGEDECOM y ejerció esa dualidad de funciones con la administración del Hipódromo. Finalmente, lo reemplazó "Rico" Estripeaut quien tuvo como rasgo saliente la manifestación de entrada a la Zona del Canal. A "Rico" le sucedió el Ing. Juan Navarro Brin, el único gerente que al terminar su período la Sociedad de Dueños de Caballos le ha hecho un homenaje por su meritoria labor. En tiempos de "Juanchi" Navarro la hípica tenía una "Cuenta Colecta" y daba subsidios para más de 75 comedores escolares; estufas, refrigeradoras y otros enseres se le daban a las familias damnificadas por las inclemencias del tiempo. En 1981 se celebraron las apoteósicas "Bodas de Plata" del Hipódromo, había un fondo para los criadores de caballos, se arreglaba la pista, se terminó la Casa Club de empleados, se aumentaron los premios a los dueños de caballos y se limaron asperezas entre la familia hípica. Alberto Echevers, aunque tuvo un período efímero, impuso disciplina. Eduardo Chandeck chocó contra los intereses creados pero modernizó muchas instalaciones del hipódromo, fue un gerente a tiempo completo y en una ocasión cuando más de 75 toros invadieron la pista, él con el suscrito organizamos un rodeo para sacar a las reses de la pista a esa hora de la madrugada. Eso fue en dos ocasiones. Sergio Rodríguez tampoco duró mucho en el cargo, ya que por las condiciones políticas le presentó la renuncia al presidente Ricardo De la Espriella Jr. Luego vino José Antonio Alessandría quien se encargó de finalizar la modernización del Hipódromo, la baranda de aluminio, el tablero electrónico, el Alfa-numérico, la celebración de un Clásico del Caribe en Panamá, el aumento de premios, la construcción de un mirador, la reestructuración de establos y la ampliación del zoológico. Como podrán observar, la actividad hípica contribuía con dinero al Estado que consideraba un bien autónomo el coso hípico. No sé cuando la hípica se fue deteriorando, pero estimo que fue con las carreras simultáneas (sumul casting) y la privatización.- El hipódromo no es hoy lo que era antes. Aunque no soy apostador y nunca estuve comprometido con dueños de caballos, preparadores y jinetes, siento que la hípica le falta colorido y me muestro nostálgico de otros tiempos cuando al deporte de la fusta y el sillín se le denominaba "deportes de los Reyes". Hay que salvar la hípica. Las emociones a granel que este espectáculo brindó no tiene parangón en nuestra historia.
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