Los medios nos han informado sobre varios crímenes cometidos contra menores de edad y también en la frontera con Darién, de otro panameño, por parte de grupos irregulares colombianos.
Estamos sometidos a una violencia interna y externa donde las autoridades y todos los panameños debemos meditar, porque pareciera salirse del control de los niveles de investigación policial.
Los dos niños recientemente asesinados no debieron morir, sin embargo, la esperanza para dos familias se acabó. ¿Por qué ocurren estas cosas? ¿Será la falta de más trabajo de inteligencia de los encargados de la seguridad pública?
Debe dirigirse una campaña a lo interno contra estos grupos delictivos y es tiempo que la noticia se invierta: que los caídos sean los delincuentes.
Igualmente pasa en la frontera con Colombia, donde ya es tiempo que estos bandidos del país sureño sean abatidos por los organismos de seguridad panameños.
Por eso, hay quienes recordamos la propuesta del Centro Multilateral Antidrogas para que se ubique en nuestro país o al menos algo parecido, porque no contamos ni con el personal ni los recursos para hacerle frente a toda esta influencia criminal que nos viene del exterior. |