P: Fui al médico porque sentía que mi corazón estaba siempre acelerado. Me sorprendí mucho cuando me dijo que quería hacerme algunas pruebas de tiroides y de corazón. ¿Cuál es la influencia entre ambos?
R: Cuando su glándula tiroidea está hiperactiva y produce demasiadas hormonas tiroideas (lo que se llama hipertiroidismo), o cuando su actividad es más baja de lo normal y produce demasiadas pocas hormonas de ese tipo (lo que se llama hipotiroidismo) puede afectar al funcionamiento del corazón. Afortunadamente, si se cura el problema de tiroides se pueden corregir los síntomas cardíacos.
Cerca de 13 millones de estadounidenses tienen problemas de tiroides. Sólo la mitad es consciente de ello. Un tiroide hiperactivo produce hormonas tiroideas incluso cuando el cuerpo tiene suficientes. Esto acelera muchos de los procesos corporales. Síntomas y señales normales son un aumento de la sudoración o de la sensación de calor, problemas de sueño, respirar con dificultad, ansiedad y nerviosismo, manos temblorosas y pérdida de peso a pesar de tener buen apetito. Demasiadas hormonas tiroideas también hacen que el corazón vaya más rápido y bombee con más fuerza.
Esa puede que sea la causa de algunos síntomas, como: ritmo cardíaco anormal, demasiadas hormonas tiroideas pueden causar desarreglos de ritmo. El más común es la taquicardia; ritmo del corazón anormalmente rápido pero de forma regular que puede llegar a alcanzar 100 latidos por minuto, y la fibrilación cardíaca; ritmo irregular en las aurículas.
Tanto la taquicardia como la fibrilación pueden provocar palpitaciones, latidos repentinos e involuntarios del corazón. La alta presión sanguínea, presión sistólica alta (el número máximo de lectura de la presión sanguínea) es común entre la gente que padece hipertiroidismo, sobre todo en la gente mayor.
Opresión en el pecho, debido a que el corazón late con más rapidez y bombea más, la necesidad de oxígeno del músculo del corazón aumenta. Si las arterias coronarias obstruidas no pueden llevar la sangre extra que pide el corazón, el resultado es opresión en el pecho.
Fallo cardíaco, al forzar al cuerpo para que vaya a un ritmo más rápido, un tiroides hiperactivo puede sobrecargar el corazón y dar como resultado un fallo cardíaco, una enfermedad en la que el corazón es incapaz de bombear suficiente sangre para alcanzar las necesidades del cuerpo.
Un tiroides menos activo de lo normal ralentiza las actividades del cuerpo. Los síntomas de tiroides poco activo son cansancio, debilidad, constante sensación de frío, aumento de peso o dificultad para perderlo, una piel seca o rugosa, caída del cabello, estreñimiento, depresión y poco deseo sexual. Estos síntomas aparecen lentamente y se parecen mucho a los cambios que normalmente ocurren al ir haciéndose mayor o con la menopausia. Este es el motivo por el que un tiroides poco activo a menudo no llega a ser diagnosticado. En lugar de ello, los problemas del corazón y de circulación pueden ser achacados a algo distinto. Estos son: ritmo cardíaco lento, los niveles bajos de hormonas tiroideas pueden disminuir el ritmo cardíaco e incluso pueden causar bradicardia, un ritmo anormalmente lento inferior a 50 ó 60 latidos por minuto.
Alta presión sanguínea, niveles bajos de hormona tiroidea hace que las arterias sean menos elásticas. Esto puede aumentar la presión que se necesita para que la sangre circule por el cuerpo.
Arteriosclerosis, un tiroides poco activo puede hacer que se disparen los niveles de colesterol. También puede disparar la presión sanguínea y los niveles de homocisteína. Estos cambios, bien solos o en conjunto, pueden conducir a unas arterias más estrechas y más duras, antecedentes de enfermedad cardíaca y de infarto.
Disminución en la capacidad de bombeo, la combinación de un volumen sanguíneo reducido, contracciones musculares más débiles y una actividad del corazón más lenta, hace que no pueda bombear tan bien como debiera. Ello puede hacer que disminuya el riego sanguíneo hacia la piel, los riñones, el cerebro y otros tejidos vitales.
La relación entre el tiroides y una enfermedad coronaria no es una calle de un solo sentido. Un ataque al corazón puede anular la función de la glándula tiroidea, o al menos disminuir los niveles de la hormona de la tiroides. También un fallo cardíaco.
Algunas medicinas utilizadas para tratar problemas cardiovasculares también afectan al tiroides. La más común es el amiodarone (Cordarone) que ayuda a controlar un ritmo cardíaco anormal. En algunas personas, esta medicina produce hipotiroidismo. En otros, hipertiroidismo.
Si tiene problemas de corazón, problema de ritmo cardíaco, alta presión sanguínea, altos niveles de colesterol, arteriosclerosis y dolor de pecho, debe controlar su tiroides.
De hecho, la Asociación Americana del Tiroides y el Colegio Americano de Médicos recomiendan que todos los adultos, sobre todo las mujeres mayores, se hagan chequeos regulares de la enfermedad del tiroides. Un chequeo de tiroides es bastante simple.
Su médico palpará su glándula para comprobar si está demasiado grande o tiene bultos duros llamados nódulos. También deberá hacerse un análisis de sangre para los casos de tiroides y de hormonas estimuladoras del tiroides.
Si su tiroides no funciona tal y como debería, reducir su ritmo de vida o tomar hormonas de tiroides puede ayudar a que desaparezca su "enfermedad cardíaca" o a mejorar los problemas de corazón que pudiera estar padeciendo. |