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EDITORIAL
Los cambios esperados
Mireya Moscoso anunció el viernes que mañana hará cambios profundos en su equipo de ministros. Mencionó a cinco de los trece que forman el Gabinete. La mandataria había mencionado que se irían aquellos que tenían intenciones de ser candidatos a puestos de elección. Para sorpresa de algunos, incluyó en la lista a personas que hasta el momento no habían dado señales de estar interesados en correr para cargo alguno en los comicios venideros.
Importante es destacar que la Presidenta volvió a advertir: quien quiera ser candidato, debe salir del gobierno.
¿Cuándo y por qué se hace necesario un cambio de Gabinete Ministerial? Primero, cuando se ha demostrado que el equipo existente no responde a los lineamientos de trabajo del líder, es decir, cuando no se camina a la velocidad deseada. Esta sería una consideración meramente técnica. También existe el ángulo político, que tiene que ver con las desavenencias en la alianza de gobierno. Este parece no ser el caso.
Existen igualmente los cambios estratégicos, cuando se debe sumar al Gabinete a un personal más tecnócrata o que esté en capacidad de responder con mayor efectividad a una situación económica o política determinada. Tal fue el caso del último equipo ministerial que formó Manuel Noriega antes que los gringos lo descalabraran: era un grupo de técnicos de primera línea, no tan políticos ni demagogos, (ya no era necesario algo así), sino estrategas y planificadores. No tuvieron tiempo de nada.
De igual forma se pueden dar los cambios por crisis -en caso de guerra, por ejemplo- cuando se hace necesario el consejo de personas capacitadas ante contingencias específicas.
Ahora bien ¿qué tipo de trastueque de Gabinete será el que prepara la presidenta Moscoso? Ya hizo uno hace año y medio, que resultó vacuo. No fue un movimiento real, y explicamos por qué. Su equipo de trabajo, desde que asumió el poder en 1999, no estaba diseñado para trabajar, sino para que ella, viuda de un dirigente político muchas veces derrocado, pudiera dormir tranquila. Se buscó a gente de mucha confianza, amigos y allegados a su corazón que, lastimosamente para el país, no estaban preparados para mover la pesada carreta de la administración pública.
Aún así, rodearse de gente que no le quite el sueño es una salida legítima para cualquier gobernante. Lastimosamente, los amigos no sabían de ejecución, y el gobierno se paralizó.
Ahora bien, cuando se advierte que sacará a quienes quieran ser candidatos políticos, debemos entender que, según la estructura mental de la mandataria, el cambio no se da por crisis, ni por desavenencias en la alianza, ni por guerra, ni por contingencia económica o política de urgencia. La pregunta entonces es ¿A quiénes llamará para que la acompañen? Faltando apenas 17 meses para que termine su gobierno ¿Buscará verdaderos técnicos que lleven adelante las obras que se han estancado a lo largo de toda su gestión? ¿Integrará a nuevos amigos? ¿Cuánto piensa arriesgar de su tranquilidad, en pos de echar adelante el país?
Amanecerá y veremos.
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PUNTO CRITICO |
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