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Querido(a) Hermano(a):
La Fundación Pro-Fe en su misión de contribuir a la Evangelización del Pueblo de Dios aprovecha la generosidad de este medio para escribir sobre el verdadero sentido de la Epifanía, manifestación de Dios a los Hombres.
Reyes Magos guiados por la misteriosa estrella, encontraron a María con el niño Jesús, "cayendo de rodillas le rindieron homenaje" y luego "abrieron sus cofres y como regalos le ofrecieron oro, incienso y mirra". Los dones son un respuesta al Don. En Cristo, nacido en la noche de Belén, los magos de Oriente reconocen al Don definitivo que el Padre hace al hombre: don del Hijo, don del Hijo eterno. Dios ha amado tanto al mundo que le ha dado a su Hijo unigénito...
También el hombre moderno... se encuentra con Dios cuando se abre ante El con el don interior de su "yo" humano, a fin de aceptar e intercambiar los dones inmensos que El ha sido el primero en otorgarle: el don de la existencia, el don de la fe.
A través de este Don, el hombre redescubre y es portador de la Epifanía del Dios vivo. El Hijo eterno ha dado a los hombres la "capacidad de ser hijos de Dios". Al otorgar este poder, lo hace como Hermano con sus otros hermanos. Ha revelado y sigue revelando continuamente al Padre a través de aquellos que el Padre le ha dejado en herencia.
El hombre, portador en sí mismo de la Epifanía del Dios vivo, vive una nueva vida. Sabe que debe dar frutos. Sabe que a este Don debe responder con dones. En este don del hombre, en cuanto respuesta al Don que procede de lo alto, está contenido el significado pleno de la vida humana y, al mismo tiempo, la semilla de la gloria futura. En ésta, hombre y mundo encuentran su confirmación como Epifanía de Dios, más allá de los límites de la temporalidad y la caducidad. |
