Dice el diccionario sobre la palabra moral: De las acciones o conductas de las personas con respecto al bien y al mal, o relativo a ellas: valores morales. Según este significado, el término toca directamente aspectos relacionados con la manera de ser de los individuos.Es aquí donde queremos aterrizar.
Hay personas con doble discurso. Por un lado dicen una cosa y por el otro actúan totalmente contrario a los principios que expresan. De esto Jesús habló claro cuando estuvo entre nosotros.
El llamaba a los fariseos sepulcros blanqueados, pues por fuera eran bonitos y por dentro llevaban un muerto fétido.Los fariseos eran los miembros de una antigua secta judía que aparentaba austeridad, pero que en realidad no seguían el espíritu religioso.
Ellos tenían fama de falsos, no obstante, en otras ramas de la vida existen personas hipócritas. Se puede decir que hay dirigente sindicales que luchan por una cosas, pero por detrás se venden por un real. Lo mismo ocurre con los políticos. Ellos pregonan pureza y combatir la corrupción, pero siguen con el "juega vivo". ¡Qué decir de los abogados! Algunos negocian con sus colegas para perder los casos y repartirse el botín entre los dos. Ellos nunca pierden.Algunos jefes dicen ser justos, pero en realidad no les importa con sus colaboradores; algunos maridos dicen ser fieles, pero han quemado a sus esposas hasta con la vecina (ha pasado también con las mujeres). Se han escuchado casos de sacerdotes que ponen sus caras de "yo no fui" en las misas, pero de noche, en el mismo templo, se pegan su juma. Podemos seguir enumerando ejemplos, pero no terminaríamos nunca. Lo que importa es decirte que seas tú mismo. Si en realidad tienes principios, lucha por ellos. No te vendas por una moneda. Piensa en que tu integridad no tiene precio y si alguien quiere involucrarte en algo sucio, mándalo por un tubo.
