Un remedio muy efectivo para afecciones de la piel, cortar hemorragias, cicatrizar heridas, depurar y remineralizar el organismo. La cola de caballo es una planta perenne.
En invierno, su color es pardusco y el tallo estéril, culmina en una espiga repleta de esporas.
En verano, el tallo es de color verde estriado con nudos circulares de los que surgen frágiles ramitas segmentadas.
Prospera sobre suelos arcillosos, en terrenos húmedos, nunca muy lejos del agua, desde márgenes de rios y arroyos a campos encharcados y en torno a pastizales.
CONSERVACION
Los tallos y las hojas se recolectan a finales de verano.
Se secan en manojos colgados a la sombra y se suelen conservar en bolsitas selladas. Exhalan un agradable aroma que recuerda al de la manzanilla.
INDICACIONES
Heridas sangrantes, hemorragias nasales, erupciones y úlceras cutáneas, inflamaciones bucales, conjunjivitis, faringitis, torceduras, fracturas, osteoporosis, astrosis, hemorroides, varices, dolores menstruales, trastornos urinarios como cistitis (infección de orina), uretritis y problemas de próstata, edema, hipertensión arterial y piedras en el riñón.