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El Canal es nuestro, Mireya Moscoso
Redacci�n
Cr�tica en L�nea
La mandataria Mireya Moscoso revel� ayer el texto del canje de notas mediante el cual, el embajador de Estados Unidos, Sim�n Ferro, transfiri� el Canal a Panam�. "Entrego a usted y a la Rep�blica de Panam� los instrumentos hist�ricos que efect�an la transferencia total y absoluta al pueblo paname�o del Canal de Panam�. Hemos cumplido y Panam�, el Canal es de los paname�os", destaca el documento. Luego la presidenta pronunci� el siguiente discurso, el cual publicamos casi en su totalidad: "Pueblo paname�o �Qu� podr�amos decir en este hist�rico acontecimiento, cu�les son las palabras apropiadas para resumir en unos minutos el sentimiento que embarga a todos los paname�os, a los que estamos aqu�, aquellos que se encuentran en sus hogares, vi�ndonos o escuch�ndonos a quienes, sin poder hacerlo, saben que en este instante la Rep�blica de Panam� alcanza finalmente la plenitud de su condici�n de Estado soberano. �Qu� haremos los paname�os a partir de este instante con los versos de Amelia Denis de Icaza, cuando lloran nost�lgicos "ya no eres m�o, idolatrado Anc�n"? Ahora, podemos decir con orgullo "!Querido Cerro Anc�n, hoy nuevamente eres nuestro!", qu� orgullo sentimos hoy cuando finalmente se ha arriado definitivamente la bandera extranjera, para que se cumpla el anhelo de tantas generaciones de tener "un solo territorio, una sola bandera". Ponderar este acontecimiento trascendental para nuestra naci�n no s�lo es necesario, sino indispensable para arraigar hacia el futuro ese sentimiento patri�tico, que a pesar de todas las diferencias y todas las adversidades siempre nos uni�, que es el sentimiento de nuestra nacionalidad. Hoy concluye una gesta heroica que inici� mucho antes del 3 de noviembre de 1903, una gesta que ha buscado durante siglos el reconocimiento de los derechos a que aspiramos como naci�n todos los paname�os, desde los tiempos mismos cuando los espa�oles convirtieron a nuestro istmo en epicentro del tr�nsito mundial entre los oc�anos Atl�ntico y Pac�fico. Cu�ntas afrentas debimos sufrir, cu�ntos m�rtires debimos ofrecer para que finalmente logr�ramos este reconocimiento, que nos permite entrar al Siglo XXI plenamente soberanos, sin presencia extranjera en nuestro territorio y como due�os absolutos de uno de los m�s importantes medios de comunicaci�n y comercio del mundo: el Canal de Panam�. As� como hicimos el pasado 14 de diciembre, cuando Panam� se visti� de gala con la presencia de distinguidos mandatarios de nuestro continente y Espa�a, en el canje de los acuerdos diplom�ticos de la transferencia, hoy el pa�s siente la necesidad de rendir tributo a quienes de manera patri�tica, con el esfuerzo permanente y el sacrificio incluso de su propia integridad f�sica, durante 96 a�os, cimentaron este camino arduo y doloroso que hoy llega a su meta final. Los actores de esta lucha provienen de muy diversos sectores de nuestra sociedad, entre ellos, pol�ticos de la talla de nuestro primer presidente Manuel Amador Guerrero, de Eusebio A. Morales, Belisario Porras, Ernesto Lefevre, Narciso Garay, Ricardo Alfaro, Harmodio Arias, Roberto Chiari y Arnulfo Arias, defensor de nuestra nacionalidad, entre otros ilustres patricios, que entre 1903 y 1964 se distinguieron por la defensa constante y decidida de nuestra reivindicaci�n nacional. De igual forma artistas y poetas de todas las generaciones han expresado con su arte el clamor de nuestra soberan�a: Amelia Denis de Icaza, Ricardo Mir�, Gaspar Octavio Hern�ndez, Rogelio Sin�n, Ernesto Castillero, Joaqu�n Bele�o, Elsi Alvarado, Jos� Franco, Demetrio Korsi, y otros tantos igualmente meritorios as� como distinguidos profesionales de la talla y trayectoria de Jos� Dolores Moscote, Ricardo Berm�dez, Miguel Moreno, C�sar Quintero, Humberto Ricord, Roberto Alem�n, Eloy Benedetti, Carlos Iv�n Z��iga, Julio Linares, Carlos Bol�var Pedreschi, entre tantos otros luchadores incansables e inclaudicables de nuestra soberan�a. �Pero qui�n con mayor constancia y patriotismo siempre abander� la lucha nacionalista, es sin lugar a dudas la juventud paname�a, esa juventud congregada en planteles educativos como la Escuela Profesional, la Normal de Santiago, el Colegio Artes y Oficio, la Universidad de Panam�, pero por excelencia el Instituto Nacional, baluarte indiscutible de todas las faenas por la recuperaci�n de nuestra soberan�a. Entre aquellas gestas tenemos que destacar la lucha por el rechazo del Convenio Fil�s-Hines en 1947, la siembra de banderas en 1959, liderizada por Carlos Arellano Lennox, la operaci�n Soberan�a en 1959 y como corolario de estas luchas los eventos del 9 de enero de 1964, que viene a constituir la causa fundamental del cambio de actitud hacia los reclamos de la Rep�blica de Panam� e inicio de la etapa de nuestra historia que concluye este d�a. Hoy se impone en el marco de este acto rendir homenaje a Ascanio Arosemena y a los 21 m�rtires que aquel tr�gico d�a ofrendaron su vida a la patria, y a los cientos de heridos, de igual forma expresamos nuestro reconocimiento a los institutores portadores de la insignia patria, Napole�n de Bernard, Eligio Carranza, Inocencio Garc�a, Alcibiades Picota, Luis Vergara y C�sar Villarreal. Esa realidad que, en nombre de la Rep�blica reconoci� en este momento, merece el debido homenaje dentro de la trascendencia hist�rica de este acto, por lo que con este marco en nombre de la patria, hago en este momento entrega al se�or Rector del Instituto Nacional de la bandera que aquel grupo de institutores trajeron a esta zona, y que fuera ultrajada. Hoy hago m�a la promesa del presidente Roberto Chiari, y lograda la meta nacional, la devuelvo a donde ella pertenece, al glorioso Nido de Aguilas. A partir de aquellos sucesos aciagos de enero de 1964, en donde el enfrentamiento desproporcionado entre las tropas norteamericanas y estudiantes indefensos caus� tanto luto y dolor en cientos de hogares paname�os, se inicia otra p�gina de nuestra historia. Una etapa que dio primero como resultado los tratados tres en uno, y luego la negociaci�n y firma de los tratados de 1977, cuya direcci�n correspondi� de manera principal al general Omar Torrijos y a hombres como Gabriel Lewis Galindo, R�mulo Escobar, Carlos L�pez Guevara, Jorge Illueca, Aristides Royo y otros muchos. Reconocer la realidad de las relaciones entre Panam� y los Estados Unidos en estos primeros 96 a�os de vida republicana, es mucho m�s que un simple reclamo por un trato que en ese per�odo fue generalmente injusto para con nuestro pueblo. Se trata eminentemente de la necesidad que tenemos los paname�os de entender que nuestra esencia como naci�n tiene una trayectoria que ha costado sangre, dolor y sufrimiento, porque esta es la �nica forma como podremos los actuales habitantes de este istmo y los que vendr�n despu�s, entender lo que como dice Ricardo Mir�, representa la esencia de la patria. En este momento nuestro pa�s y los Estados Unidos de Am�rica, deben hacer m�rito a 150 a�os de v�nculos hist�ricos, sociales, culturales y comerciales, que se iniciaron con la construcci�n del ferrocarril trans�stmico y a partir del nuevo siglo, iniciar un concepto nuevo de relaciones basadas en la cooperaci�n amistosa y decidida en el comercio y el respeto mutuo. Pero toda la importancia y trascendencia hist�rica del momento emocional que vivimos, no me impide reconocer un hecho fundamental para todos y cada uno de los paname�os, y es que este pa�s es "mucho m�s que un canal". Si en este d�a los paname�os llegamos a la mayor�a de edad como naci�n, este hecho, m�s que s�lo halagarnos, nos impone retos y obligaciones supremamente importantes para con nosotros mismos y con las futuras generaciones de paname�os. No existe raz�n ni justificaci�n alguna para que llegue a existir en Panam� una isla de eficiencia, m�stica y transparencia en el Canal, mientras el pa�s sufre de ineficiencia, de falta de probidad, de ausencia de creatividad, de miseria y pobreza. La circunstancia hist�rica de este momento, con el inicio del nuevo milenio, nos impone adecuar nuestros est�ndares de desarrollo a un capitalismo renovado, en donde el conocimiento y la eficiencia sean la clave del desarrollo de todos los sectores de la producci�n, es por eso, por lo que Panam� tiene la obligaci�n de crear una nueva cultura econ�mica basada en la solidaridad. Enfrentar la pobreza y la desigualdad social es el reto fundamental que nos impone el nuevo siglo, para ello todos, sin distingo de clase, de ideolog�a, de creencia o de origen, tenemos que proponernos dedicar nuestros mejores esfuerzos en alcanzar la nueva meta que es erradicar definitivamente la injusticia y la marginaci�n en que vive gran parte de nuestra sociedad. Al recibir hoy el m�s preciado bien de nuestra naci�n, el control total y absoluto sobre todo nuestro territorio, esta mujer sante�a, como lo fue el presidente Porras quien inaugur� el Canal, ruega a Dios, para que nos de la sabidur�a que nos permita manejar este patrimonio para beneficio de la humanidad, confiando que nuestra capacidad y compromisos nos permitir� hacerlos, para orgullo del mundo entero. En el d�a de hoy les digo a todos los hombres y mujeres de mi patria, que no habr� m�s cercas, que no habr� m�s letreros que nos impidan la entrada, que este territorio ha vuelto a ser nuestro, que el grito de soberan�a total que tantas generaciones hemos reclamado, hoy es una realidad. El Canal es nuestro. Dios me los bendiga".
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