CUARTILLAS
Visita
Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
La tercera semana de noviembre fui con alumnos de Periodismo a visitar el Mercado P�blico en el Casco Viejo. Por primera vez en los muchos a�os que tengo de hacer esta "experiencia de terreno", funcionarios del mercado pusieron obst�culos y hasta amenazaron con impedir que los pichones de periodistas hicieran la tarea. Pens� ir ante las autoridades del mercado y gritarles que estaban atacando la libertad de c�tedra, la libertad de prensa y, en fin, violaban la libre circulaci�n de los paname�os por un sitio eminentemente p�blico. Pero esa ma�ana radiante, con un sol que anunciaba el pr�ximo verano, no quise amargarme la vida, poniendo en su lugar a gente que a lo mejor cree que todav�a vivimos en la �poca de la dictadura militar. As� que dej� que los mismos estudiantes hicieran los tr�mites formales (creo que hasta firmaron un papel), para que les "dieran permiso" de preguntar a la gente del mercado cosas sencillas: �C�mo est�n las ventas? �Qu� hay de la seguridad? �C�mo es la higiene en el mercado? Vi numerosos bancos que venden carne con los "tucos" de madera, que las autoridades de Salud dicen que est� prohibido, porque se convierten en guarida de bacterias y g�rmenes. Una estudiante me pregunt� si eso estaba permitido. Encogiendo los hombros dije que hasta donde sab�a era as�, pero que por lo visto el paname�o hace lo que le da la gana... Unos p�jaros talingos circulaban por donde camina la gente, causando asombro a los estudiantes de periodismo. Una de ella exclam�: "�luego de ver esto, me meter� a vegetariana!". Despu�s fuimos a la acostumbrada visita de cantinas adyacentes al mercado, para que conozcan el lado feo de la realidad paname�a. Con cierto temor, los j�venes (en su mayor�a damas) entraron a cantinas tan oscuras como cuevas. Al entrar not� recelo en los cantineros y encargados. Me dije: "este es el efecto Tonya". Varias veces me preguntaron si todos los j�venes eran mayores de edad. Un chino que parec�a due�o de una de estas cantinas casi nos expuls� de ella, con cara de temor. Para mis adentros dije: "quien la debe la teme". Debo indicar que tengo veinte a�os de visitar el mercado, las cantinas y el Terrapl�n, y nunca hab�a encontrado un ambiente tan hostil en esos centros de venta de licor y otras cosas... Luego visitamos el mercado de buhoneros m�s viejo de Panam�. Siempre que visit� el Terrapl�n encuentro gente trabajadora, que no anda cerrando calles para pedir un empleo en el gobierno. All� casi todos leen CRITICA LIBRE y por supuesto esta columna. Con varios conocidos habl� unos minutos sobre la situaci�n econ�mica. Me dijeron que la cumbre de presidentes, no les dej� ni un real. "Todo fue para los hoteles de ricos", se�al� un "terraplenero" de muchos a�os. Otro m�s joven me dijo que "la cosa est� mala" y pronto tendremos que cerrar calles para pedir un empleo en el gobierno. Pero en general, esta gente estaba optimista (o resignada), y esperaban que algo cayera para llevar plata honradamente a sus casas. Eran las once de la ma�ana y pude ver gente a pleno sol vendiendo pescado en las calles y aceras. Cuando coment� esta situaci�n, varios buhoneros defendieron a los del pescado, en un l�gico gesto de solidaridad humana. Pero el espect�culo era deprimente (varios pel�canos circulaban por los puestos recibiendo pedazos de pescado). Yo, por mi parte, no me comer�a uno de esos pescados asoleados. Bueno, espero que mis alumnos de periodismo hayan aprendido algo de esta cara sucia de la ciudad y nuestra sociedad.
|