Noche de Paz, el villancico más famoso cumple 180 años

Antonio Díaz
Crítica en Línea

En el pueblo de Oberndorf, en la época del imperio austro húngaro, nació el villancico navideño más famoso de todos los tiempos. El padre J.P. Mohr descubrió aquella víspera de Nochebuena, hace 180 años, que los ratones habían roído los fuelles del viejo órgano de la iglesia del lugar. Y aterrado comprendió que la misa de Nochebuena no sería la misma sin música.

En Oberndorf, un pueblito perdido en los Alpes austriacos, hacía un frío intenso. La nieve hacía los caminos intransitables, pero ello no detendría el espíritu religioso de los feligreses al templo de madera. Mohr le confió el problema a su amigo Franz Gruber y éste empezó a componer unos versos sencillos sobre el ambiente bucólico. Ambos, apresuradamente se inspiraron en el entorno y en un papel amarillo escribieron la letra y ensayaron una melodía que no tenía muchas pretensiones.

Llegó la misa de Nochebuena y el público abarrotó la iglesia rural. Como el órgano de la iglesia estaba dañado, la canción "Noche de Paz" se cantó con acompañamiento de guitarras impactando a la audiencia por su fácil estribillo. Esa noche nacía en Oberndorf un himno de paz que iba a trascender a todas las épocas, aunque sus autores Mohr y Gruber no lo imaginaron así.

El canto de "Noche de Paz se popularizó en las iglesias a tal punto de que el Emperador Francisco José, pensando que era una canción tirolesa, invitó a la corte a los autores Mohr y Gruber para conocerlos personalmente. Incluso, se dijo que dio un subsidio para la iglesia rural.

La versión anglosajona de "Noche de Paz" es "Silent Night" que ha vendido millones de discos. Por supuesto, los autores no han demandado el pago de regalías y la canción ha pasado a ser de dominio público.

Hace varios años, en una gira periodística a Europa, visité Oberndorf atraído por la casi legendaria versión del villancico. Para sorpresa mía, en toda época del año hay excursiones a Oberndorf y descubrí la quietud del paisaje nevado en el que se debió componer "Noche de Paz". Ya no está la misma iglesia de madera de Mohr y Gruber, pero hay una réplica que recuerda los tiempos del imperio austrohúngaro, del Archiduque Francisco Fernando, cuyo asesinato en Bosnia fue el detonante para la Primera Guerra Mundial, y hace rememorar las historias de Sissi emperatriz, Rodolfo de Mayerling y la realeza de la casa de los Habsburgo.

"Noche de Paz" la seguirán cantando todas las generaciones porque es un homenaje permanente de todos los pueblos al Señor de "Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad".

 

 

 

 

 




 

En una aldea perdida en los Alpes austriacos, nació esta composición, sin grandes pretensiones, de Mohr y Gruber. La causa fue que los ratones habían destruido los fuelles del órgano de la iglesia de Oberndorf.

 

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