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Hace poco tuve la oportunidad de revisar las cifras preliminares que arrojó el último censo del 2000. En términos absolutos tuvimos un incremento de la población en menos de 40,000 a lo proyectado desde hace una década. Es decir somos 2,815,644 personas de las cuales 1,999,020 son derechohabientes de la CSS, representando la más alta cifra de población cubierta por la entidad en toda su historia, la cual representa el 70.99% de la Nación.
La mayor disminución en el aumento de la población se dio en Bocas, Chiriquí y Darién. La más alta tasa de crecimiento neto se dio en la región de Panamá Oeste en alrededor de 70,000 personas, en exceso a lo esperado.
La población mayor de 60 años a nivel nacional asciende a 244,592, de los cuales 177,515 son derechohabientes de la CSS, lo cual representa un 72.57% de todos los adultos mayores del país.
El porcentaje promedio de población geronte en Panamá está en 8.68%, teniendo como valores extremos por un lado a Bocas con 4% y Darién con 5%, y por el otro a Herrera con 11.8% y Los Santos con 14.8%.
Si analizamos con un poco de detenimiento, observaremos que la población de este grupo de edad se multiplicó por 3 en Los Santos, por 2 en Coclé y Darién, por 1.5 en Chiriquí, por 0.75 en Panamá Metro y por 0.25 en Panamá Oeste, con relación a los incrementos proyectados para esta década.
El análisis de estos hallazgos da para escribir un libro y sin duda es fascinante y necesario para poder entender y proyectar la red de servicios de salud que demanda nuestra República.
Si aplicáramos los cocientes de demanda esperados para cada uno de los procesos de atención directa, tendríamos que la demanda actual de hospitalización para esta población de gerontes derechohabientes es de 62,130 pacientes anuales, en contraposición a los 17,000 que necesitarían hospitalizarse si se comportaran de acuerdo al cociente promedio nacional que gira en alrededor del 10% (es decir 10 de cada 100 personas necesitan hospitalizarse en el año, frente a 40 de la población mayor de 60 años).
La atención directa en el proceso de hospitalización representa para la seguridad social panameña una cifra que sobrepasa los 50 millones de balboas al año, en la premisa que su cobertura no alcanza para satisfacer las necesidades ni del 25% de su magnitud real.
Es por eso que se hace impostergable el cambio radical del enfoque en la atención del adulto mayor asegurado y por qué no decirlo, en general. En consecuencia deberemos diseñar y formular estrategias que hagan énfasis en la prevención primaria del geronte, es decir tan pronto se llegue a la mayoría de edad, para de esta manera evitar los factores de riesgo en los estilos de vida y en el medio ambiente, que luego se traducirán en largas, penosas y costosas enfermedades crónicas. |
