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La Alianza del Norte se plantó ayer a las puertas de Kabul tras barrer el norte de Afganistán en una ofensiva relámpago, mientras el régimen talibán ve alejarse cada vez más a su único aliado exterior, Pakistán.
Los carros de combate de la Alianza calentaron sus motores y los muyahidín opositores engrasaron sus fusiles de asalto "Kalashnikov" a las afueras de la capital afgana listos para el asalto.
Ni las sugerencias, ni las amenazas veladas de Estados Unidos amainaron las ansias bélicas de los entre 10.000 y 20.000 guerrilleros de la Alianza que se aprestaban a las puertas de Kabul, tras haber conquistado Mazar i Sharif, Jairatán, Pul i Jumrí, Talukán, Kunduz y Herat en menos de 72 horas.
Ni siquiera los temidos voluntarios musulmanes extranjeros que luchan junto a los talibanes pudieron hacer nada, aunque algunas fuentes les atribuyeron el ataque contra una columna opositora en el norte en el que murieron al menos tres periodistas occidentales.
Según el embajador en Tayikistán del Gobierno afgano en el exilio, Said Ibrahim Jikmat, las fuerzas de la Alianza están a apenas doce kilómetros de la capital, pero otras fuentes señalaron que la distancia a Kabul no es menor de 25 kilómetros. |
