Crisis económica
amenaza vida nocturna en Panamá
Florencio Gálvez F., Miriam Vicenta
Almanza
Crítica
en Línea
La
galopante crisis económica que azota al terruño
patrio, sigue creciendo en diversos sectores.
A estas anomalías no escapan los negocios, tanto de
día y gran parte de la noche, ya sean aparhoteles, bares,
casas de cita y hoteles.
¿Qué pasa con la vida nocturna en Panamá?
¿Se fue a pique o murió para siempre? ¿O
quizás logre salvarse por esfuerzos conjuntos de todos
los panameños?
Las frases y respuestas obtenidas son parecidas en todos esos
sitios.
"Esto anda mal", "las ventas se encuentran
en el piso", "cincuenta por ciento menos", "nos
hemos visto obligados a reducir personal y cerrar filiales
".
Al parecer, nadie sabe a ciencia cierta a donde irá
a parar esta grave situación, lo que sí hay es
una grave 'desaceleración' económica producida
por un sinnúmero de factores.
Entre los cuales figuran delincuencia, criminalidad, salida
de tropas estadounidenses, corruptelas, tira y jala por el bendito
Fondo Fiduciario y pugnas políticas prolongadas, pues
el capital es bastante nervioso, según pesquisas realizadas
en varios sectores.
Esa preocupación que parece un patrón general
de la enorme crisis fue sustentada por Abraham Williams, Presidente
de la Asociación de Bares y Discotecas.
"En algunos tipos de negocios, sus ingresos han mermado
más de un cincuenta por ciento", enfatizó
el empresario.
Esa asociación se compone de 11 discotecas, o sea las
que más tiempo tienen de estar en actividad y "todas
están sintiendo esto".
"A pesar que nuestro negocio es en esa escala, son los
últimos que empiezan o comienzan a sentir los efectos
a nivel del comercio", y serían los últimos
en adoptar medidas como reducción de empleo.
Respecto a ingresos, estos han bajado en casi 40% menos en
comparación con el año pasado(1999).
"Esto no es de ahora. Desde que comenzó el año
se viene viendo" (la baja en ingresos), indicó el
empresario.
Esa baja se observa inclusive los jueves, viernes y sábados
que "eran los mejores días nuestros, y vas a cualquier
discoteca y te das cuenta especialmente cuando no son fines de
semana de quincena
hay una gran merma en lo referente a
la asistencia".
Este bajón se reflejo de 1,500 y ahora sólo
llegan 900, o sea, 600 personas menos.
En números se habla de 30% y otros precisan que 50%.
Por la crisis económica hay problemas con el personal,
entiéndase el extra cuyos servicios no son indispensables
y sólo se labora con el permanente.
Antes se utilizaban 19 a 20, y ahora sólo 13, entre
los que figuran seguridad, saloneros, cajeros, supervisor y otros
empleados.
Otras fuentes señalaron que la clientela de los llamados
"nigth club" y discotecas han mermado.
Pues a nivel de los night club, los clientes son extranjeros,
en especial ejecutivos y comerciantes de la Zona Libre de Colón,
al igual que abogados, mientras que en las discotecas asisten
nacionales.
Uno de los tantos factores importantes es que a finales del
año pasado, muchos de los clientes eran soldados norteamericanos
y su salida a consecuencia de la entrega del Canal incide en
esa crisis, tesis compartida por Williams y otros comerciantes,
que pidieron reserva de su identidad.
Ni hablar de casas de cita o pensiones. La cosa anda "color
de hormiga" por esos lados.
La asistencia a esos lugares aumenta durante los fines de
semana, pero eso depende de la fecha.
En caso de quincena, los parroquianos o potenciales clientes
llegan acompañados de amigos pueden permanecer entre dos
a tres horas en el lugar, conversan con "una amiga"
o compañera que encuentren en el sitio de ocasión.
Hacen el "enganche", luego suben una o dos veces, luego
parten del lugar
reflejan pesquisas hechas por "Crítica
Libre".
Los precios de tragos en esos sitios es variada, pues en algunos
la cerveza cuesta entre 1.50 y en otros hasta 2.00 dólares;
mientras que el inquieto asistente observa el escenario o elemento
femenino. No se puede demorar mucho tiempo, pues las cosas "andan
duras".
En consecuencia, los placeres que produce la diversión
nocturna en la ciudad capital, parecieran haber disminuido.
La vida nocturna de "la ciudad alegre" tiene "sus
altas y bajas, pero más bajas que altas últimamente"
según apreció un guardia de seguridad de una de
las discotecas más frecuentadas en un área selecta.
Mientras tanto, adentro la vida pareciera continuar, pero
con menos bríos. Aquellos lugares donde meses atrás
no había espacio para que las moléculas del aire
circularan, ahora tenían de sobra para "hacer una
competencia de natación", según comentó
uno de los meseros.
Por otro lado, el panameño, "alegre por naturaleza"
de acuerdo a los estereotipos, hace "sacrificios" para
consentirse y salir a divertirse.
Pero también es cierto que pareciera haber tenido que
limitar algunos placeres.
En visitas a los "lugares de ocasión" también
conocidos como "push botton" y en conversaciones con
los que allí atienden, el negocio anda más o menos.
Aquellas "galerías" donde meses antes parecían
paredes porque todas sus puertas de aluminio y zinc estaban abajo
cerradas, pues estaban ocupados, en las últimas semanas
se mantienen en su mayoría abiertas.
Ahora pareciera que el "cliente" puede darse el
gusto de escoger el número de cuarto que le conviene siguiendo
la cábala para la lotería.
Por cada cuarto ocupado hay aproximadamente tres vacíos,
según se pudo observar en los lugares visitados.
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