EDITORIAL
Pretensiones colonialistas de Jesse Helms
Las luchas históricas
de los panameños por recobrar la geografía cautiva y consolidar
el estado soberano fracturado por la presencia de una nación foránea
que en la cintura transitista istmeña, al alero de normativas contractuales
colonialistas de siglo pasado, estableció un enclave de oprobio,
infamia y repulsa, logró que los quehaceres nacionalistas y patrióticos
cancelaran tal presencia el mediodía del último día
de 1999, al tenor de los pactos canaleros.
Los Tratados Torrijos-Carter deben cumplirse en plenitud; sus previsiones
ofertar a Panamá la integridad nacional, al señalar de los
doctos, conocedores de las materias internacionales; sin embargo, una negociación
bilateral tendente a mantener presencia norteamericana en tierras panameñas,
en períodos posteriores al año dos mil, asentada en el establecimiento
del Centro Multilateral Antidrogas (CMA), es objeto de discusión
y trámite, cuyo acuerdo final todavía no se alcanza.
Ante esta realidad negociadora voces oscurantistas, ancladas en el pasado
de opresiva acción colonialista, propias de la superada era del garrote
rooseveltiano, pretenden detener la devolución de la vía canalera
a Panamá, al par que acusan al gobierno panameño de negociar
de "mala fe" los entendimientos sobre el centro antinarcóticos,
sugeriendo que Estados Unidos debe buscar mecanismos que garanticen una
presencia militar norteamericana "de tamaño, alcance y duración
adecuados", al tenor de los criterios anglosajones.
Los intereses mundiales contra el negocio maligno de las drogas justifican
plenamente que Panamá acuerde mecánicas y destine espacios
geográficos para mantener operaciones de vigilancia controladoras
y disuasivas del crimen drogómano; así lo entiende plenamente
el pueblo panameño. Sin embargo, resulta grosero, ofensivo, que alguien
pretenda forzar a Panamá, nación soberana, aun cuando pequeña
en dimensiones o recursos humanos y materiales, a entregar su territorio
y lesionar sus derechos soberanos y jurisdiccionales, para satisfacer intereses
puntuales y focales, de la nación norteña.
Los entendimientos del CMA que pudieran alcanzarse, cuya validez jurídica
requiere del espaldarazo plebiscitario del pueblo panameño, deberán
contener previsiones que compensen a Panamá, cuya posición
geográfica, don divino y natural, ha de generar la cornucopia de
beneficios para elevar la calidad de la vida y el progreso de los istmeños.
El pueblo panameño tiene esclarecidos los derroteros que aspira
para el país; así lo recoge el documento "PANAMA 2020",
que las fuerzas sociales y políticas nacionales consensuaron, al
amparo de Naciones Unidas, donde se establece meridianamente la condición
soberana, al avance y crecimiento económico, la realización
de los propósitos de la sociedad de justicia y equidad; por ello,
colonialismos e imposiciones como la de Helms, carecen de apoyos, respaldos
o aceptación y provocan la repulsa nacional.
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AYER GRAFICO |
Pelé y Garrincha, dos astros del fútbol brasileño con
el Dr. Carlos Escala. |
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