Jueves 18 de junio de 1998

 








 

 

EDITORIAL
Pretensiones colonialistas de Jesse Helms

Las luchas históricas de los panameños por recobrar la geografía cautiva y consolidar el estado soberano fracturado por la presencia de una nación foránea que en la cintura transitista istmeña, al alero de normativas contractuales colonialistas de siglo pasado, estableció un enclave de oprobio, infamia y repulsa, logró que los quehaceres nacionalistas y patrióticos cancelaran tal presencia el mediodía del último día de 1999, al tenor de los pactos canaleros.

Los Tratados Torrijos-Carter deben cumplirse en plenitud; sus previsiones ofertar a Panamá la integridad nacional, al señalar de los doctos, conocedores de las materias internacionales; sin embargo, una negociación bilateral tendente a mantener presencia norteamericana en tierras panameñas, en períodos posteriores al año dos mil, asentada en el establecimiento del Centro Multilateral Antidrogas (CMA), es objeto de discusión y trámite, cuyo acuerdo final todavía no se alcanza.

Ante esta realidad negociadora voces oscurantistas, ancladas en el pasado de opresiva acción colonialista, propias de la superada era del garrote rooseveltiano, pretenden detener la devolución de la vía canalera a Panamá, al par que acusan al gobierno panameño de negociar de "mala fe" los entendimientos sobre el centro antinarcóticos, sugeriendo que Estados Unidos debe buscar mecanismos que garanticen una presencia militar norteamericana "de tamaño, alcance y duración adecuados", al tenor de los criterios anglosajones.

Los intereses mundiales contra el negocio maligno de las drogas justifican plenamente que Panamá acuerde mecánicas y destine espacios geográficos para mantener operaciones de vigilancia controladoras y disuasivas del crimen drogómano; así lo entiende plenamente el pueblo panameño. Sin embargo, resulta grosero, ofensivo, que alguien pretenda forzar a Panamá, nación soberana, aun cuando pequeña en dimensiones o recursos humanos y materiales, a entregar su territorio y lesionar sus derechos soberanos y jurisdiccionales, para satisfacer intereses puntuales y focales, de la nación norteña.

Los entendimientos del CMA que pudieran alcanzarse, cuya validez jurídica requiere del espaldarazo plebiscitario del pueblo panameño, deberán contener previsiones que compensen a Panamá, cuya posición geográfica, don divino y natural, ha de generar la cornucopia de beneficios para elevar la calidad de la vida y el progreso de los istmeños.

El pueblo panameño tiene esclarecidos los derroteros que aspira para el país; así lo recoge el documento "PANAMA 2020", que las fuerzas sociales y políticas nacionales consensuaron, al amparo de Naciones Unidas, donde se establece meridianamente la condición soberana, al avance y crecimiento económico, la realización de los propósitos de la sociedad de justicia y equidad; por ello, colonialismos e imposiciones como la de Helms, carecen de apoyos, respaldos o aceptación y provocan la repulsa nacional.

 


 


 

AYER GRAFICO
Pelé y Garrincha, dos astros del fútbol brasileño con el Dr. Carlos Escala.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, trato mal a los ancianos.


OPINIONES



 

 

PORTADA | NACIONALES | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | VARIEDADES | EDICIONES ANTERIORES


   Copyright 1996-1998, Derechos Reservados EPASA, Editora Panamá América, S.A.