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El incremento de los casos importados de malaria registrados en el sector Oeste del país mantiene en alerta a las autoridades regionales de salud, ya que el año pasado se registraron ocho, sin embargo, sólo los tres primeros meses del presente reportan 10.
Según el coordinador regional de Control de Vectores, Cecilio Polanco, la situación es producto de la movilización o migración de personas de áreas maláricas hacia esa región, por lo que de no mantenerse una vigilancia adecuada podría presentarse un brote de malaria autóctono, lo que sería muy difícil de erradicar.
Los mayores casos de malaria importado se han detectado en el distrito de Arraiján, procedentes en su mayoría de la provincia de Darién.
En tal sentido, hizo énfasis en el apoyo que se requiere no sólo de los funcionarios de vectores, sino de los equipos locales de los Centros de Salud y de cualquier otro, incluso de alguna persona que se preste como colaborador voluntario dentro de la comunidad.
Polanco advirtió que de darse un brote de esta enfermedad sería sumamente costosa su erradicación, sobre todo tomando en cuenta que sectores montañosos de La Chorrera y Capira fueron áreas maláricas hace 20 años atrás.
El tratamiento de un paciente con malaria es de unos 14 días, sin embargo, la persona sigue bajo vigilancia por 9 meses consecutivos, tomándosele muestras de control para ver si el tratamiento fue efectivo o no. |
