EDITORIAL
Fuga de cerebros
Es evidente que en los Estados Unidos los salarios son mejores y en atención a ello llenan las plazas de trabajo que demandan en la Unión Americana. La fuga de cerebros no le conviene a ningún país en vías de desarrollo pero es inconcebible que en nuestros hospitales y centros de salud haya escasez de enfermeras como es el caso de la sala de hemodiálisis del hospital del Seguro Social.
Resulta paradójico que teniendo un déficit de personal, uno de los principales hospitales, los que aspiran a ocupar vacantes tengan que emigrar porque nuestro gobierno no les garantiza medios de subsistencia, especialmente a los que han estudiado dichas profesiones.
Pero lo más inverosímil es que los nuevos empleados que ingresan al servicio público tengan que esperar meses para cobrar sus quincenas sin que la Contraloría y los Ministerios de Educación y Salud hagan algo para no retrasar el pago de estos empleados que también tienen necesidades apremiantes.
Con la fuga de cerebros se produce un retroceso en el país porque gastamos ingentes sumas de dinero en formar enfermeras y maestros que tienen que viajar al exterior obligados por la falta de fuentes de trabajo. Si la administración pública se desburocratizara un poco, tendríamos más profesionales panameños sirviendo a su país, pero un núcleo indolente enquistado en las oficinas públicas no les da oportunidad de mostrar sus aptitudes y de allí que tomen la ruta de gran atractivo en el exterior.
Con todos los contralores ha sido la misma historia. Escollos, obstáculos y las postergaciones del pago de los salarios. Es por eso que a estos servidores públicos se les ve comprometidos con financieras y otras instituciones de crédito por una renta tardía y pagada a "cuenta gotas". A veces nos preguntamos si los auditores de los ministerios son eficientes o están allí para obstaculizar al aparato ministerial . Bajo ese concepto, Panamá no superará el carácter tercermundista apegado a tradiciones retrógradas y obsoletas.
PUNTO CRITICO |
|
|