Muchos de nuestros comerciantes se empeñan en brindar al mercado en el que sirven, productos y servicios de buena calidad.
La constante es que a la gente pobre se le ofrezca prácticamente basura, mientras que a los adinerados se les hace llegar lo mejor.
Hay quienes alegarán que en eso consiste el mercado: quienes puedan pagar por lo mejor que lo hagan, y el que no, que aguante.
Sin embargo, lo que no es justo es que se engañe a los clientes. El comprador, consumidor o usuario debe saber las características de lo que está adquiriendo, y si aún así tiene intenciones de consumirlo o usarlo, que lo haga.
Ocurrió en un reciente concierto de gran cobertura, que quienes pagaron la tarifa mínima no pudieron escuchar bien las canciones, y muchos menos cuando los artistas se pusieron a conversar con el público.
Así no son las cosas, hay que ser justos y ofrecer productos buenos. |