"�Promete amarla, respetarla y defenderla hasta que la muerte lo separe?". La pregunta del cura recibe una respuesta cargada de amor por el novio durante la unión matrimonial.
Pero, �Qué ha pasado? �Por qué se ha visto lo contrario en los últimos días?
Esta semana se produjeron dos femicidios en menos de doce horas.
El primero de ellos se dio aproximadamente a las 6: 00 de la tarde del lunes en la comunidad de San Juan, en Olá, provincia de Coclé.
Eloisa Castillo, de 37 años, fue asesinada por su pareja de varios martillazos. Las primeras investigaciones indican que fue por un arrebato de celos.
Amanecía el martes cuando a las 7:00 de la mañana se reportaba otra mujer asesinada a manos de su esposo.
La víctima se llamaba Rosa Ovares Muñoz, de 48 años, quien fue asesinada de 44 puñaladas. El agresor es su marido Edwin Alberto Sánchez, de 41 años.
Las estadísticas del Instituto Nacional de la Mujer (INAMU) reporta que desde el año 2007 a la fecha se han reportado 268 femicidios en el país.
Dentro de ese contexto, Panamá es uno de los países con mayor mujeres asesinadas por violencia doméstica.
Para la directora del INAMU, Merkelda de Herrera, en estos momentos se discute un anteproyecto de ley que se encuentra en discusión en la Asamblea Nacional de Diputados para la modificación de la Ley 38, que busca tipificar el femicidio.
"En ninguna circunstancia se puede justificar que se lesione a mujeres ni a ninguna persona, por lo que hay que hacer un cambio en la forma en cómo nos estamos comportando como sociedad", indicó Herrera.
Explicó que cuando los medios reportan casos como los que se dieron el lunes y martes es porque de seguro había antecedentes de violencia doméstica.
Herrera pidió a las mujeres que cuando se vean envueltas en situaciones de maltrato acudan a las instancias correspondientes para recibir la ayuda necesaria.
LOS AGRESORES
La especialista en casos de violencia doméstica, la estadounidense Shirley Jones, dice que el castigo a los agresores no es la solución al problema.
Sostiene que la agresión es un comportamiento aprehendido y perfeccionado cada vez que se usa y se perfecciona cada vez que lo intenta.
Según Jones, se podría estar frente a un problema más que todo cultural. A su parecer, en Latinoamérica el machismo es lo que culpan de la agresión masculina.
"La pérdida de control es lo que hace que uno le pegue tanto a una persona que uno no cesa", precisó.
Señala que es el proceso de aprehender a vivir que nos hace escoger una manera de cómo tratar a la gente. Como especialista dice que una persona vence la agresión, sólo tratándose.
Propone que el gobierno haga una alianza con instituciones y estudiantes y que a través de programas en las comunidades se comience a tratar las personas.