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Dicen que el panameño se las ingenia para subsistir con el salario de miseria que ganan, tanto así que -los que se benefician con los servicios públicos como luz y teléfonos-, esperan hasta el último día para pagar alguito y, después que lo cortan, son los primeros que están reclamando ante las autoridades.
La gente debe eliminar de su cerebro, el dejar las cosas para última hora. Así van avanzando y con el transcurrir del tiempo les afecta en su vida laboral, de tal manera que no se dará cuenta cuándo son destituidos por llegar tarde o entregar los informes del gerente tarde.
El ejemplo de los servicios es clásico. No está mal organizarse en pagar un mes un servicio y el mes siguiente el otro.
Lo peligroso es acumular ambos meses y después esperar el alicate de las empresas prestadores del servicio de energía eléctrica. Propongámonos y tracemos un presupuesto que vaya acorde con nuestro bolsillo, incluyamos allí el gasto de supermercado, pasaje, luz, agua, teléfono, etc. Si queda algo, un paseíto a Amador con los pela'os no está mal, sobre todo porque uno puede preparar emparedados en casa y una chicha. Los chicos, lo que quieren es respirar aire fresco.
Ya es tiempo de que la familia panameña comience a nacer y rescatar todo el mundo perdido, con la finalidad de hacerle frente al grado de desunión existente. Tal vez, de esta forma se logre salvar a muchos niños que naces de hogares rotos. |
