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Cuando no hay respeto viene la decadencia

Rómulo Emiliani | Monseñor

El auto respeto es una manera de crecer integralmente, porque implica valorarse, estimarse y amarse. Y cuando uno lo hace no se permite enlodarse, ensuciarse en actitudes y comportamientos indeseables. Es como cuando llevas un traje nuevo, recién comprado, no quieres que se manche y menos que se rompa. Pues nosotros, cada uno, es creación "recién hecha" de Dios y reflejamos la presencia divina, ya que de El venimos y El está dentro de nosotros.

Somos "luz", brillamos internamente, participamos de la plenitud de Dios y en nosotros está la misericordia, la sabiduría, la fuerza y el amor del Señor esperando una manifestación más visible de toda esa riqueza interior. �Si nos conociéramos tal y como somos! Somos, como dicen los místicos orientales, "una chispa divina", como un " rayo del Sol Divino" irradiando en el mundo, haciendo la salvedad que somos criaturas hechas por Dios, limitadas en todo, dependientes totalmente de El y que "seríamos nada " sin Dios. Con El somos, con El valemos, con El viviremos eternamente y brillaremos para siempre como estrellas en el firmamento divino.

Los actos que provocan nuestra decadencia nos "van manchando", nos van empobreciendo interiormente y nos van complicando la existencia.

� Y qué hacer para cambiar eso? Empezar por uno mismo, creando una mayor conciencia de lo que somos y de lo que son los demás. A más grado de "iluminación interior" que viene de Dios, de nuestra meditación y oración, más resurge el compromiso de cuidar ese gran tesoro que somos cada uno de nosotros. Al respetarnos, igual hacemos con los demás. El respeto que tiene como fundamento lo espiritual genera una veneración por el Dios que está en uno y en los demás. Ya uno ve a los demás como templos del Señor y comienza a tratar con reverencia a todos. Esos títulos que nos dan a los clérigos: "reverendo, excelencia, eminencia", en verdad lo merecen todos los seres humanos, ya que son portadores de Dios, aunque algunos no lo sepan. El respetar a las personas por su misterio que descansa en el Señor nos ayudará a ir creando una nueva cultura en donde los derechos de todos serán promovidos y vendrá entonces la añorada paz. Todo esto se puede realizar en la medida en que confiemos en el Señor, pidamos su ayuda y actuemos como comunidad cristiana que evangeliza al mundo, sabiendo que con fe en El triunfaremos, ya que con Dios somos invencibles.



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