La música típica panameña sigue siendo alegre y bailada por miles de seguidores en todo el país, pero le falta una nota. El acordeón que anima el alma del pueblo, perdió el 20 de julio de 1998 esa nota, la más vibrante del arpegio de la geografía istmeña.
Definitivamente, a la música panameña le falta la nota de sabor, vigorosidad e impulso que sólo sabía poner el impulso y el salto inigualable del "Tigre" de La Candelaria Victorio Vergara Batista.
A pesar de su ausencia el eco de sus temas inmortales sigue resonando en el pecho y el alma de todos los panameños. Con todo y sin lugar a dudas sigue siendo el "Mandamás", el de los llenos completos.
El sábado 19 de febrero próximo se cumple un año más del nacimiento de este ilustre y noble músico cuya grandeza se dilata y agiganta sin mezquindades en el corazón de todo su pueblo que sigue queriendo y extrañando su imponente y felina presencia en toldos, tarimas y escenarios de todo el país. Victorio nació en 1944.
Muerto sólo físicamente, pues "El Tigre" continúa rugiendo en el recuerdo de su cariño, comprensión, amistad sincera y entrega total por medio del acordeón que en sus manos cobraba vida para transmitir al pueblo que lo siguió todo el espíritu y esencia de nuestras raíces vernaculares.
Victorio sigue viviendo en el corazón y la existencia de su ilustre madre doña Juliana Batista de Vergara (Mama Ula). En cada composición y presentación de su conjunto Plumas Negras y en su pueblo de La Candelaria, Los Santos y todo Panamá.
�Feliz cumpleaños "Tigre" Victorio! Hasta la eternidad y hasta el soberbio pedestal de grandeza y humildad que tu erigiste para que siempre te contemplaran como símbolo de constancia y superación.