A persignarse y santiguarse colonenses que llegaron los diablos. Bueno, no se asusten que la invasión de diablos no es para llevarse sus almas para el purgatorio. Tampoco se va a formar un aquelarre.
La comunidad de Portobelo se prepara para un evento sin par en nuestro país. En esa histórica ciudad portuaria, ubicada en la Costa Atlántica, tendrá lugar el próximo 19 de febrero el Cuarto Festival de Diablos y Congos, una actividad cultural espectacular y sin parangones.
Nada menos que 1,200 diablos están listos para pasearse por la comunidad portobeleña, esperándose un espectáculo colorido y lleno de belleza con fuerte acento negroide. Gran parte de los diablos son personificados por algunos de los residentes de Portobelo a los que se les sumarán otros procedentes de diversos puntos del país.
Estos diablos van ataviados con disfraces de muchos y llamativos colores y abultadas máscaras de figuras grotescas.
Los diablos y congos representan una gran herencia cultural de los grupos afroantillanos que llegaron a Panamá desde la época de la colonia y durante la construcción del Canal de Panamá. Sus danzas y expresiones están llenas de simbolismo y con ellas narran las luchas que mantuvieron durante siglos para liberarse del yugo opresor de los conquistadores españoles que los esclavizaban.
Este colorido evento es organizado por Sandra Eleta, reconocida fotógrafa que reside en la comunidad de Portobelo. El festival tiene la finalidad de conservar la herencia, tradición y cultura de los grupos negroides.
El Festival de Diablos y Congos que se celebra cada dos años, junto a la peregrinación al Cristo Negro el 21 de octubre, constituyen las dos festividades más importantes que se realizan en Portobelo.
El festival será completado con otras actividades como feria de artesanías, venta de comidas, bebidas y productos agropecuarios de la región. También habrá una exposición de máscaras, pinturas y demás artículos relacionados con la tradición de congos y diablos y una exposición de fotografías sobre el tema. También habrán bailes populares en discotecas y con el acordeonista panameño Manuel de Jesús Abrego.