EDITORIAL
Vandalismo y cierre de calles en la Universidad
Con frecuencia se viene dando el cierre de calles y avenidas en el �rea de la Ciudad Universitaria, afectando el derecho a terceros, sin que las autoridades universitarias y de polic�as, hagan algo al respecto. No son m�s que una docena de estos presuntos estudiantes que paralizan el tr�nsito vehicular en esta arteria, sin embargo, los responsables han hecho caso omiso del grado de afectaci�n en que se incurre, porque se han acostumbrado a que las advertencias de la polic�a son amagos. No m�s de 12 de estos exaltados enarbolando banderas de organizaciones de ultraizquierda se dan el lujo de ocasionar tranques, provocando retraso a los transe�ntes. La excesiva tolerancia de las autoridades ha ido m�s lejos cuando se ha pasado a la agresi�n por querer despejar las calles que nadie tiene derecho a cerrar ni por motivo de fuerza mayor. El ministro de Gobierno y Justicia debe cumplir y hacer cumplir las leyes y no inventando excusas por el temor al "qu� dir�n" de que este es un gobierno represivo. Los pueblos respetan los gobiernos fuertes, no los d�biles, y ya es tiempo de que se proceda con rigor a detener la ola de vandalismo que se da en la ciudad universitaria y �reas adyacentes. Los automovilistas est�n al margen de las protestas contra la luz y el tel�fono y aunque solidaria con ellas es un problema que hay que discutir en otro foro. Lo lamentable es la inercia y la apat�a de las autoridades universitarias que con no disimulada complicidad se hacen de "la vista gorda" para aplicar sanciones ejemplares a los infractores de las disposiciones legales vigentes y que tienen que ver con el terrorismo que se les aplica a los conductores de autom�viles y los transe�ntes. De incurrir en estos m�todos nuevamente, no queremos que se esgrima la falta de libertad de expresi�n y una escalada de represi�n porque se les ha advertido con suficiente anticipaci�n las consecuencias de este atropello contra los derechos de terceros que tienen tambi�n otras prioridades. La indolencia mostrada por las autoridades es la principal causa de este desaf�o inaudito a la cual nadie parece hacerle caso.
PUNTO CRITICO |
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