TEMAS DE ACTUALIDAD
La honradez: arma de doble filo
Raymundo A. Moore W.
Para hablar de honradez, primero hay que saber qu� se entiende por "gente honrada", y para asistirme en ofrecer a ustedes una definici�n m�s o menos muy cercana al significado de la honradez, a continuaci�n transcribo textualmente una fragmento del follet�n, "Honradez sin religi�n" (sin poder citar el nombre del autor, porque s�lo tengo el texto y no la car�tula). Dice as�: "(...) es muy dif�cil encontrar quien no se tenga por persona honrada... Honrada se cree ese hombre casado que flirtea a espaldas de su esposa... Honrado, ese comerciante que, un poco aqu�, otro poco all�, a todos los clientes les va robando... Honrado ese patrono, que explota cruelmente a sus obreros... Honrado, ese hombre de negocios, que soborna al agente p�blico para conseguir injustamente sus deseos, y honrado igualmente ese funcionario que se deja sobornar...". Creo que lo anterior es suficiente para ilustrar el punto que quiero plantear respecto de la honradez. Mucha gente en este pa�s, al pecar de ser personas honradas, han debido perder bienes, amigos y parientes, todo ello porque m�s peso tuvo la "triqui�uela", los anti valores y el "juega vivo". Peor todav�a, si usted pretende montar un negocio completamente l�cito con todas las de la ley, la burocracia estatal le clava tantas cortapisas, que disminuidos sus recursos, usted finalmente desiste de su empe�o y, entonces, como tentado por el mismo diablo, busca otras avenidas, otras alternativas, no l�citas, para lograr su objetivo. �Cu�l es el punto? El punto es que ya usted desde�a la honradez, prefiriendo la deshonestidad porque esta �ltima "cualidad" es la que le satisface sus necesidades. �Una triste realidad que averg�enza en su m�s expresivo sentido! Es as� como hemos llegado a la conclusi�n que la honradez es un arma de doble filo, por cuanto en la pr�ctica, esa cualidad no siempre puede considerarse una virtud, ni un valor �tico ni moral porque contradice los principios sobre las cuales se fundamenta la honradez. Por otra parte, y lo que ya se est� "institucionalizando" entre nosotros, es el hecho de negar derechos con el s�lo prop�sito de no admitir verdades que son irrefutables, como por ejemplo, desconocer o usurpar los m�ritos que otro se ha ganado, promoviendo cuasi situaciones de seudo honradez, que se disfrazan con posturas de falsa hidalgu�a y enga�osa virtuosidad. Dice Sacha Guitry, "...Te deseo como si fueras la esposa de otro...". Con respecto a la honradez, tambi�n se le debe desear como si tal valor �tico y moral perteneciese o fuese parte de una civilizaci�n distinta a la nuestra, pero que precisamente por ser distinta a la nuestra, nos tiene deslumbrados (como nos deslumbrar�a la mujer - o el marido - de otro), porque aunque dif�cil de practicar (en estos tiempos), la honradez debe ser como la lectura, al decir de Ces�reo Gil Atrio, "...Lee para formarte, no para instruirte...". "2000 - A�o de la Biblia" �Au Revoir!
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