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A ORILLAS DEL RIO
LA VILLA
La tercera independencia
Santos Herrera
En este último día del año, del siglo y del milenio, exactamente a las doce mediodía, alcanzará Panamá su tercera independencia. Y es esta última, la que más sangre y sacrificios ha reclamado a nuestro pueblo, que por generaciones se opuso a la ocupación extranjera, que durante casi una centuria mantuvo un enclave colonial en el corazón mismo de la Patria. Segundos después de la firma del leonino Tratado Hay-Bunau Varilla el 18 de noviembre de 1903, valientes patriotas vienen luchando sin reposo, a fin de lograr nuestra liberación nacional. Han sido muchos los panameños que en las calles, aulas de clases, foros, periódicos, asambleas, organismos internacionales, libros, décimas, etc., expresaron con coraje lo que representaba la oprobiosa presencia de un Estado dentro de otro Estado. Insistimos en que, en cuestión de horas, lograremos nuestra verdadera independencia, pues ya no existen en el suelo patrio jueces que condenaban a los nacionales en inglés, aplicando leyes y códigos foráneos porque se acabaron las instituciones y autoridades totalmente diferentes a las nuestras. Ya se derrumbaron las cercas que prohibían la libre circulación a los nuestros y los policías que ponían boletas a los panameños que no portaban licencias de la Zona del Canal o porque sus automóviles no llevaban las matrículas de circulación que se exigían para que se pudiese atravesar la franja canalera cuando se iba del interior a la capital y viceversa. También el libre tránsito era limitado a los nacionales cuando le exigían ser requisados en las aduanas gringas y cuando no se podía entrar a las bases militares ni comprar en los comisariatos y mucho menos ingresar a las escuelas que sólo admitían a minúsculos grupos de privilegiados rubios. Tampoco los ocupantes de la Zona del Canal pagaban los impuestos de importación, lo que les permitía mantener un verdadero enclave colonial dentro de nuestro territorio, en el que flameaba la bandera de las barras y las estrellas, donde no se hablaba español y otras eran las costumbres y cultura. El logro de la nueva independencia es un triunfo del alpinismo generacional ya que el general Omar Torrijos Herrera alcanzó consolidar los objetivos estratégicos de varias generaciones de panameños que luchaban por la total soberanía del país. Tocando todas las puertas del mundo, consiguió la firma del tratado que le pone fecha de vencimiento al Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903, a la eliminación definitiva de la colonia; a la transferencia del Canal; a la plena soberanía panameña y a la eliminación completa de todas las bases militares estadounidenses en territorio panameño. Por todo esto es que consideramos mezquino y como un insólito infantilismo político, no querer llamar el tratado firmado el 7 de septiembre de 1977 por su verdadero nombre, cual es Torrijos-Carter, que está permitiendo que dentro de algunas horas, la República de Panamá sea por primera vez libre, soberana e independiente.
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