EDITORIAL
Júbilo Nacional
Alcanzamos por fin la victoria. Hoy más que nunca es apropiada esa estrofa de nuestro Himno Nacional, porque hoy se cumple una anhelo de muchas generaciones de panameños: lograr nuestra soberanía total a lo largo de toda nuestra frontera. Hoy al mediodía cuando la mandataria Mireya Moscoso reciba el Canal de Panamá será un momento de fiesta nacional. La vía acuática será nuestra y debemos estar consciente de lo que eso representa. Panamá y su gente deben dar hoy una demostración de madurez, para que el mundo sepa que estamos capacitados para administrar la maravilla del mundo que une a los océanos. Todos debemos participar en los actos de hoy organizados por los diversos sectores del país, pero la celebración debe ser enmarcada en el ámbito del respetoy sin ejecutar manifestaciones que empañen el gran momento de vive la Patria. Para las diferencias internas habrá después tiempo de sobra para dilucidarla, pero hoy gobierno, oposición e independientes debemos marchar unidos a la cita a la Patria. Con la transferencia del Canal y la arriada ayer de la bandera estadounidense en el edificio de la Administración del Canal, podemos proclamar a cuatro vientos una antigua consigna: un solo territorio una sola bandera. Hoy se concreta la recuperación total sobre las 147,386 hectáreas que en un tiempo formaron parte de la antigua Zona del Canal. La vía acuática será nuestra, desaparece el control perpetuo que poseía Estados Unidos sobre el Canal, no habrá soldados del Comando Sur en territorio panameño y sólo el pabellón nacional ondeará en el país. Los tratados canaleros de 1977 (Torrijos-Carter) acaba con el control perpetuo de la vía acuática que establecía la Convención del Canal mejor conocida como el Tratado Hay-Bunau Varilla, el perpetuo acuerdo que ningún panameño firmó. Pero antes de esos tratados hay que resaltar las gestas nacionalistas del 9 de enero de 1964, la Operación Soberanía y otros esfuerzos como los Tratados General de Amistad y Cooperación del 2 de marzo de 1936, conocido también como el Tratado Arias-Roosevelt; y el de Mutuo Entendimiento y Cooperación entre Panamá negociado bajo la gestión de los presidentes José Antonio Remón Cantera y Dwinght Eisenhower. El país celebra dos fiestas hoy: el control total del Canal y su territorio, que deben ser fuente para el desarrollo nacional, y recibe un nuevo milenio, otro año en la que los panameños , sobre todo los más pobres, tienen la esperanza de un mejor futuro. Que así sea.
PUNTO CRITICO |
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